Por C.C.B.C
Durante los primeros dos meses del 2024, a nivel local se han implementado diferentes medidas y estrategias en Pitalito, puerto de entrada al macizo colombiano, para combatir los hechos delincuenciales que aquejan a los laboyanos.
A pesar que se han realizado una serie de consejos de seguridad para evaluar los resultados de las decisiones en esta materia, pues el municipio, al ubicarse en una región en el que convergen las problemáticas del sur, ha suscitado una urgencia por los entes de control en buscar soluciones ante estas dificultades que impiden a los habitantes sentirse tranquilos.
Uno de los graves problemas que convergen en Pitalito, es el comercio de elementos hurtados, no solo de celulares sino también de motocicletas.
Fuente extraoficial, conocedora de este tipo de hechos, nos confirmó que existe toda una red de comercio de estos elementos, que comienza desde el instante del hurto de la motocicleta. Añadiendo que, hacia el valle de laboyos llegan velomotores robados de otros municipios, e incluso, de otros departamentos.
Al hacer referencia al paso a seguir del hurto, las personas que se dedican al robo deciden entre extorsionar a los dueños, desvalijar el vehículo, o hacer las dos cosas. Aunque afirma que muchos de ellos han decidido “descuartizar” las motos directamente para no correr riesgos al recibir el dinero de la extorsión.
Reconoce que es una forma de recibir más dinero, pero muy lenta. Pues, en un par de días pueden recibir de un millón a dos millones de pesos extorsionando, y si se descuartiza, han llegado a esperar una semana hasta ver los mismos resultados.
Por otra parte, hace referencia del por qué existen más locales comerciales en la comuna 1 que se dedican a la mecánica y a la distribución de insumos de esta área, haciendo énfasis que varios mecánicos acuden a “la red” para conseguir una farola, una tapa, e incluso un motor completo, para así obtener mayor ganancia en el momento de venta, por un precio de compra irrisorio.
Ahora bien, no todas las personas que tienen un taller en este sector de Pitalito compran de estos elementos, pero quienes lo hacen, son amenazados para que guarden silencio o cumplir con un tope de ventas, convirtiéndose en distribuidores y miembros de esta red.
No obstante, las estrategias de marcación que realizan las autoridades en diferentes partes del velomotor hace que los demore en su proceso de venta, pues los ha obligado a rellenar con masilla plástica, inclusive, fingir algún tipo de defecto en el artículo.
Todo un proceso, en el que hacen parte más de 10 personas involucradas en promedio por moto desvalijada, desde el hurto, traslado de la moto a Pitalito en caso que sea de otro municipio, el desguace del vehículo y la distribución de los elementos en diferentes sitios a la espera de conseguir un comprador.
Sin embargo, la aplicación de diferentes estrategias y acciones en materia de seguridad en articulación con la institucionalidad en el Valle de Laboyos, ha resultado en cifras positivas pero poco alentadoras. Desde enero del 2024 hasta lo que va corrido del mes de marzo, se ha REPORTADO el hurto de 103 motos, representando una disminución del 25% con respecto al año pasado, consiguiendo además recuperar 39 de los velomotores robados.
De esta manera, la seguridad del Valle de Laboyos, al parecer, se enfrenta a estructuras criminales que han trascendido de ser locales a cubrir el sur del departamento del Huila, generando en su accionar una economía ilícita que impacta no solo el entorno social sino también a las micro economías familiares. Pero lo que llena de intriga más allá de las efectividad de las estrategias para salvaguardar el bienestar de los habitantes de Pitalito, es la fortaleza y trascendencia en diferentes actos delictivos de esta economía.