La decisión significa que no se llevará a cabo la votación
popular sobre los temas planteados por el Gobierno, lo que representa un revés
político para el Ejecutivo en su intento de abrir un canal directo con la
ciudadanía.
Con este resultado, el Congreso cierra la puerta a una de las
propuestas más llamativas del Gobierno en medio del debate sobre reformas
sociales y participación ciudadana.