El periodista, director del principal programa de humor y sátira de Colombia, es considerado la figura más grande de la radio en el país.
Su retiro de la dirección del exitoso espacio radial ya lo esperaba el país, pues se conocía con meses de anticipación, pero este martes la expectativa era grande por la dinámica que pudiera tomar el programa.
Contrario a lo que muchos esperaban, 'La luciérnaga' comenzó, como siempre, con temas musicales, aunque, esta vez, Peláez se reservó el derecho de poner tres de su gusto muy personal. Y empezó con 'Estás delirando', de Nelson Pinedo y la Sonora Matancera, su sello personal.
El programa siguió su curso normal, salpicado por varios intentos de los integrantes del elenco de hacer referencia al quizá más doloroso capítulo de 'La luciérnaga', que no despertaría risas como simpre, sino llanto; que no expandiría el corazón de los escuchas, sino que lo arrugaría. Peláez, sin embargo, como siempre, lo tuvo todo bajo control, y el programa no se le salio de las manos, a pesar de las ganas.
A las 6:45 de la tarde, hora para la que Gustavo Álvarez Gardeazábal había propuesto una 'pitatón' en la capital con el fin de despedir a Peláez, el director se dispuso a hablar sobre su salida. La espera por lo que pudiera decir estaba exacerbada debido a que el tema de la despedida se había concentrado con el hashtag #GraciasPeláez, que alcanzó a ser la cuarta tendencia mundial el Twitter este martes por la tarde.
A esa hora, en las afueras del edificio de Caracol Radio (calle 67 con carerra Séptima, en Bogotá), la romería de carros, especialmente taxis, colapsó el tráfico. Para los miles de oyentes del programa y de seguidores de Peláez no era suficiente con oprimir el pito y despedir así no más al legendario periodista. Querían decirle de cerca, casi que al oído, de la misma manera que Peláez les ha hablado durante 21 años en ese programa, lo mucho que significaba para ellos. Y lo hicieron también entre lágrimas.
La emotiva despedida mostró aún más humano al periodista que para muchos es el referente más significativo de la actividad radial en Colombia. Hasta donde alcanza la memoria, a Peláez nunca se le había visto (oído, mejor) tan emotivo. Nunca se le había escuchado llorar...
Acá puede escuchar el discurso inundado de lágrimas en la despedida:
Su retiro de la dirección del exitoso espacio radial ya lo esperaba el país, pues se conocía con meses de anticipación, pero este martes la expectativa era grande por la dinámica que pudiera tomar el programa.
Contrario a lo que muchos esperaban, 'La luciérnaga' comenzó, como siempre, con temas musicales, aunque, esta vez, Peláez se reservó el derecho de poner tres de su gusto muy personal. Y empezó con 'Estás delirando', de Nelson Pinedo y la Sonora Matancera, su sello personal.
El programa siguió su curso normal, salpicado por varios intentos de los integrantes del elenco de hacer referencia al quizá más doloroso capítulo de 'La luciérnaga', que no despertaría risas como simpre, sino llanto; que no expandiría el corazón de los escuchas, sino que lo arrugaría. Peláez, sin embargo, como siempre, lo tuvo todo bajo control, y el programa no se le salio de las manos, a pesar de las ganas.
A las 6:45 de la tarde, hora para la que Gustavo Álvarez Gardeazábal había propuesto una 'pitatón' en la capital con el fin de despedir a Peláez, el director se dispuso a hablar sobre su salida. La espera por lo que pudiera decir estaba exacerbada debido a que el tema de la despedida se había concentrado con el hashtag #GraciasPeláez, que alcanzó a ser la cuarta tendencia mundial el Twitter este martes por la tarde.
A esa hora, en las afueras del edificio de Caracol Radio (calle 67 con carerra Séptima, en Bogotá), la romería de carros, especialmente taxis, colapsó el tráfico. Para los miles de oyentes del programa y de seguidores de Peláez no era suficiente con oprimir el pito y despedir así no más al legendario periodista. Querían decirle de cerca, casi que al oído, de la misma manera que Peláez les ha hablado durante 21 años en ese programa, lo mucho que significaba para ellos. Y lo hicieron también entre lágrimas.
La emotiva despedida mostró aún más humano al periodista que para muchos es el referente más significativo de la actividad radial en Colombia. Hasta donde alcanza la memoria, a Peláez nunca se le había visto (oído, mejor) tan emotivo. Nunca se le había escuchado llorar...
Acá puede escuchar el discurso inundado de lágrimas en la despedida: