Madres comunitarias claman por sus derechos


Vestidas de negro están a las afueras de la alcaldía de Pitalito alrededor de 250 mujeres, haciendo una alegoría al luto, porque las madres comunitarias se están muriendo esperando que el gobierno les reconozca su trabajo y les dé su merecida pensión  tras años de labores  dedicados  a cuidar de la primera infancia.

Son madres comunitarias que llevan 30 años al servicio de las familias, quienes iniciaron su trabajo de manera voluntaria sin recibir remuneración alguna; fueron consolidándose poco a poco, y hoy después de 3 décadas exigen al gobierno nacional lo que apenas es justo, la firma de la sentencia de la corte constitucional donde se les da el derecho a una pensión y una  retroactividad por los años de servicio.
A nivel nacional, madres comunitarias de todo el país realizaron una toma a las afueras del congreso y, las que no pudieron viajar están a las afueras de las diferentes alcaldías de las municipalidades ejerciendo presión ante el gobierno para que les dé una solución a lo que se está exigiendo.
Para el caso del sur del Huila, el plantón se hace frente a la alcaldía del municipio de Pitalito, madres de Timaná, Oporapa, Acevedo, Saladoblanco, Isnos, Palestina y el mismo valle de laboyos llevan dos días al sol y al agua  a la espera del comunicado del sindicato nacional SINTRACIHOBI quien determinará si retornan a sus labores o continuaran en paro nacional indefinido.
En esta manifestación están las madres comunitarias tradicionales, sustitutas, FAMI, CDI y modalidad familiar, todas hacen parte del Instituto Colombiano de bienestar familiar, y están convencidas que esta es la única forma de conseguir que el gobierno les preste atención.
Este es el segundo paro que realizan en el año, el pasado mes de abril las madres comunitarias lograron que el ICBF les reconociera una estabilidad laboral por medio de una contratación indefinida, ahora exigen que las 67 mil madres que hay en el país puedan tener garantías laborales y lograr la pensión que por ley están establecidas por el mismo gobierno.
Nidia Flórez Guzmán presidenta de SINTRACIHOBI del sur del Huila indica que la lucha ha sido difícil, que han sentido  la indolencia del gobierno nacional quienes desdeñan completamente la importancia del trabajo que realizan por la niñez colombiana, pero que vale la pena seguir adelante, porque lo que piden solo es lo justo para ejercer su trabajo.

 Por Sirly Chimonja 
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