Hoy el mundo habla de un laboyano de corazón

Éider Arévalo jamás habría imaginado que un día sería campeón del mundo en atletismo. Y menos por partida cuádruple, ya que además del título de 20 km logrado en Londres, había ganado antes tres veces el título planetario juvenil en 10 km.

Arévalo soñaba cuando era un niño, en Pitalito, en Huila, con lo que sueñan la mayoría de los niños colombianos, con ser futbolista.

Pero un día, cuando Éider tenía once años, en su colegio buscaban a un representante para pruebas de atletismo, y sus compañeros lo señalaron a él, ya que les ganaba a todos en el recreo en carreras ocasionales.

Al ver que no era muy bueno en el fútbol decidió decantarse por el atletismo.

Primero se probó en velocidad, pero no era muy rápido, después en saltos, y tampoco destacaba.

Su periplo siguió en lanzamientos y tampoco. Casi por eliminación acabó en la marcha.

Y ahí empezaron a surgir los resultados con triunfos en Copas del Mundo juveniles como Chihuahua, Saransk y Barcelona entre 2010 y 2012.

"Mi madre es mi inspiración... gracias por la canción 'Seguidor de sueños dorados'", escribió Éider Arévalo el pasado 30 de junio en Facebook.

Era una premonición del sueño dorado que le iba a llegar en Londres-2017.

Aunque cada vez que logra un triunfo se acuerda del que fue su entrenador, Fernando Rozó, fallecido en 2012, por un accidente cerebrovascular.

"Este triunfo y todos los que obtenga en el futuro se los dedicaré a Rozo, porque fue él quien forjó mi carrera deportiva y me llevó a los principales sitiales del mundo que actualmente ocupo", dijo tras ganar el Mundial junior de 10 km en Saransk (Rusia).

"La llegada del profesor Rozó fue un cambio bastante fuerte porque es prácticamente un régimen militar, eso me ha hecho tener muchos cambios y me benefició, tanto por los entrenamientos como en la mentalidad ya que el mensaje era ir por las medallas y que ya no tuviéramos miedo nosotros sino que nos tuvieran miedo", dijo en otra ocasión.

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Tras el título mundial cerca del Palacio de Buckingham, ahora sueña con una medalla olímpica dentro de tres años en Tokio-2020.

Sus referencias han sido el ecuatoriano Jefferson Pérez y su compatriota Luis Fernando López, al que igualó con un título mundial.

Con López ha compartido muchas horas y ha escuchado muchos de sus consejos.

"Me gustaría parecernos a ellos y una manera de acercarse a lo que han hecho es ganando una medalla olímpica", afirma Arévalo.

"Jefferson Pérez ha sido de los ejemplos que he seguido, es un ejemplo para el mundo. Es un ejemplo para los latinoamericanos como demuestra el bronce en este Mundial del brasileño Caio Bonfim, dijo este domingo.

Al marchista colombiano le gusta anudarse una bandera colombiana al cuello cuando gana. Lo hace siempre.

Los aficionados colombianos ya pueden ir preparando alguna en Japón para que la luzca el huilense.

Por: AFP


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