Es la primera vez que por medios técnicos se puede comprar la
presencia de este animal en vía de extinción en esta zona rural de Neiva. La
presencia de esta especie en estado de amenaza, refleja el alto grado de
conservación en la que se encuentra la zona de reserva de la cuenca del río Las
Ceibas.
Después de muchos años sin tener un registro oficial de esta
especie en la zona, el equipo técnico del proyecto Ceibas que lidera la
Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM, logró obtener imágenes y
videos de un ejemplar de oso en el ecosistema de Santa Rosalía, zona rural de
Neiva en inmediaciones al Parque Natural Regional Siberia-Ceibas.
El hallazgo de gran valor en términos de conservación y
biodiversidad, se logró como resultado de la instalación de cámaras trampa, las
cuales detectan el calor que emiten los animales a su paso, recolectando
registros fotográficos y videos que sirven para adelantar los estudios
ecológicos que realiza la autoridad ambiental del Huila.
“La presencia de esta especie en estado de amenaza, refleja
el alto grado de conservación en la que se encuentra la zona de reserva de la
cuenca del río Las Ceibas, producto del trabajo de reforestación que se viene
adelantando allí”, explicó Carlos Alberto Cuéllar Medina, Director de la CAM.
Las imágenes de las cámaras trampa, que fueron captadas los
días 6, 10 y 13 de noviembre de 2017, permiten establecer que se trata de un
ejemplar adulto que camina por el área, el cual presenta óptimas condiciones
biológicas.
“Venimos adelantando un proceso de monitoreo de fauna en la
parte alta de la cuenca, el cual permitió registrar, después de muchos años, un
ejemplar Oso de Anteojos mediante la instalación de cámaras de fototrampeo”,
destacó Cuéllar Medina.
Esta técnica permite evaluar el estado de las poblaciones de
oso y su hábitat, además proporcionará información de gran utilidad para la
realización de estudios del área a través de este muestreo.
“Además de la relevancia del avistamiento de este individuo
de oso, que presenta un óptimo desarrollo biológico, es la importancia
que tiene la cuenca del río Las Ceibas como ecosistema que abarca gran
biodiversidad, y que permite la subsistencia de especies de gran tamaño y con
grandes requerimientos de área, como lo es el Oso de Anteojos. Este
registro, nos permite resaltar la efectividad de la conservación de la cuenca y
nos invita a continuar desarrollando acciones de preservación del hábitat de
este mamífero gravemente amenazado”, informó el equipo de biólogos de la CAM.
Más cámaras trampa
Luego del registro del oso, se procedió a realizar la
instalación de más cámaras trampa de manera estratégica en el sector, teniendo
en cuenta las huellas del ejemplar y su área de alimentación.
“Es un gran logro del proyecto Ceibas registrar el Oso de
Anteojos en la Cuenca. La CAM mediante la ejecución del Plan de
Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica-POMCA del río Las Ceibas
viene adelantando esfuerzos de conservación en estas áreas protegidas, con el
fin de garantizar la protección del hábitat de estas especies y el
establecimiento de corredores biológicos que permita la presencia de este tipo
de animales silvestres”, explicó Javier Cardoso, coordinador del Proyecto
Ceibas.
Grupo de monitoreo
Con el propósito de lograr la conservación de la fauna en
esta área, se conformó un grupo de monitoreo con los habitantes de la
zona que permitirá identificar las especies que habitan la cuenca y
recolectar datos sobre su distribución, el uso de su hábitat, estructuras
poblacionales y su comportamiento.
El Oso de Anteojos es una especie amenazada en categoría
Vulnerable (VU), es endémica de los Andes Tropicales, y es la única especie
existente de oso en América del Sur. Se caracteriza por presentar manchas
blancas o color crema en su rostro y pecho de donde deriva su nombre.
La pérdida y fragmentación del hábitat, la caza furtiva y la
falta de conocimiento sobre la distribución y estado, fueron las principales
amenazas de esta especie en la zona alta de la cuenca del río Las Ceibas; sin embargo,
como resultado del trabajo que se viene adelantado en la zona de reserva,
se ha recuperado el ecosistema que lo convierte en un lugar apto para su
supervivencia.
Tomado de La Nación