El escándalo que involucraría a un reconocido
empresario de modelaje de la ciudad de Neiva, se conoció la semana anterior a
través de una columna de opinión del periodista Edgar Artunduaga.
En el vídeo que dura más de 6 minutos, y que se filtró en redes sociales, se puede ver al supuesto empresario ocultando una cámara web en un cuarto acondicionado con una cama, segundos después, el mismo hombre aparece teniendo sexo con varias jovencitas, al parecer, serian alumnas de la misma agencia de modelos de la que este es el dueño. Según la columna, el caso esta en manos de las autoridades, quienes investigan si los videos fueron vendidos o distribuidos a mafias internacionales de porno.
Depravado en funciones
En conocimiento de la fiscalía seccional reposan varios videos de un sujeto muy conocido en Neiva, dueño de una agencia de modelos, donde aparece teniendo sexo con algunas -más de una decena- de sus “alumnas”.
En el vídeo que dura más de 6 minutos, y que se filtró en redes sociales, se puede ver al supuesto empresario ocultando una cámara web en un cuarto acondicionado con una cama, segundos después, el mismo hombre aparece teniendo sexo con varias jovencitas, al parecer, serian alumnas de la misma agencia de modelos de la que este es el dueño. Según la columna, el caso esta en manos de las autoridades, quienes investigan si los videos fueron vendidos o distribuidos a mafias internacionales de porno.
Depravado en funciones
En conocimiento de la fiscalía seccional reposan varios videos de un sujeto muy conocido en Neiva, dueño de una agencia de modelos, donde aparece teniendo sexo con algunas -más de una decena- de sus “alumnas”.
El procedimiento para reclutar a sus víctimas se repite: una
convocatoria para un concurso, la selección de las mejores, la promesa del
estrellato y jugosos contratos. Después el cobro de un dinero por enseñarles
pasarela y mientras tanto el galanteo o el acoso sexual.
Varias cayeron con sus artimañas y entonces aparecen en un
pequeña alcoba, solas, asustadas, mirando a todos lados, acorraladas,
acobardadas. Se enfrentan –forzadas- a una relación sexual fruto del chantaje.
Lo que no sabían las jovencitas es que el depravado ya había
puesto a rodar sus sistemas de grabación y la fiscalía averigua si esos videos
han sido vendidos o distribuidos a mafias internacionales de porno. El sujeto
en cuestión repite cada año el casting, elige la modelo revelación y selecciona
unas 50 modelitos, ansiosas por la consagración. Algunas tienen la vigilancia y
control de sus padres. Otras quedan a disposición, a sus anchas, del
pervertido.
Algo así como lo ocurrido con el empresario de cine Harvey
Weinstein, que durante años acosó y violó a varias actrices que empezaban su carrera.
Hasta que aparecieron unas mujeres valientes y lo denunciaron. Y el New York
Times destapó el mayor escandalo de Hollywood, silenciado por el agresor a
través del chantaje, los favores y las compensaciones económicas cuando el
asunto parecía salirse de sus manos.
La meca del cine se convulsionó y Weinstein fue
desenmascarado, destituido de su propia empresa y apaleado por quienes semanas
atrás le rendían pleitesía y aplausos en la industria cinematográfica.
El padre de una de las víctimas sugirió que podría matarlo.
Un medio de prensa tituló: “Harvey Einstein, el mayor hijo de puta de
Wollywood”.
Guardadas proporciones, aquí pasa lo mismo, con la
diferencia detestable de que el Harvey criollo graba a sus víctimas y no se
descarta que venda los videos. Las técnicas utilizadas son casi profesionales.
No improvisa ni pareciera usar un simple celular para después ostentar de sus
“hazañas”.
Este sujeto despreciable sigue con el negocio del modelaje y
les paga por cada desfile entre 50 y 100 mil pesos, que casi siempre les queda
debiendo y cancela por cuotas.
Es posible (por las averiguaciones hechas) que otros falsos
empresarios estén consiguiendo candidatas a los siguientes reinados en las
fiestas sanpedrinas –incluso algunos bailarines- y obliguen a las aspirantes a
corresponder con favores sexuales el patrocinio de su participación.
Yo no conozco al depravado aquí reseñado, pero le he mostrado
el video a varios periodistas y todos, sin excepción, han repetido el mismo
nombre. Un hombre ya maduro, cuarentón, conocido ampliamente en el mundo de los
bares y discotecas.
En manos de la fiscalía está proceder. Las víctimas están
intimidadas, son generalmente pobres y confundidas. Y desde hoy temerosas de
aparecer en los videos mencionados.