Disidente de las FARC, es un criminal de sangre fría.
Colombia y Ecuador están tras sus huellas y la de sus secuaces, y ofrecen
millonarias recompensas.
Walter Patricio Artízala Vernaza, conocido como alias
‘Guacho’, nació en la localidad de Limones, Ecuador.
En el año 2007, cuando tenía 15 años, fue reclutado por un
antiguo jefe guerrillero las FARC apodado con el alias de ‘Tachuela’.
Según los organismos de inteligencia, dentro de la
organización insurgente inició como organizador de masas. Luego fue nombrado
miliciano de la columna Daniel Aldana en Nariño, para recaudar información que
facilitara ataques contra la fuerza pública.
Años después, ascendió a jefe financiero y por su
conocimiento en explosivos fue nombrado como explosivita, convirtiéndose en uno
de los más despiadados terroristas de las FARC en Nariño.
En la entonces guerrilla, ‘Guacho’ permaneció 10 años.
Aunque se desmovilizó, decidió no acogerse al proceso de paz, por supuestas
diferencias con máximos jefes ese grupo.
Regresó a la clandestinidad y se ubicó en la zona que mejor
conoce, la frontera de Colombia con Ecuador. Con al menos 100 disidentes más,
siembra el terror en poblaciones cercanas al río Mira.
Es responsable también del ataque con explosivos y bala
contra miembros de la fuerza pública. Así mismo, de ataques contra la
infraestructura eléctrica en Tumaco y masacre de campesinos.
El secuestro de los tres periodistas ecuatorianos lo
convirtió en uno de los terroristas más buscados en Suramérica.
Aunque ‘Guacho’ no es el máximo jefe de esos disidentes,
para agentes de inteligencia es el hombre poderoso de la banda, por la
administración de miles de hectáreas de cultivos de coca.
Además, libra una sangrienta guerra contra otras cinco
bandas por el cobro de extorsiones y por comercialización de la droga en
Tumaco.