Este
miércoles se radicará un proyecto de ley ante la Cámara de Representantes que
busca eliminar estas prácticas nocivas para las especies.
Desde hace
un año, movimientos en defensa de los derechos de los animales, como Animal Defenders International (ADI),
junto al representante a la Cámara Juan Carlos Losada trabajan en un proyecto para acabar con las prácticas
crueles contras los animales en los ensayos de productos cosméticos
y farmacológicos que afectan la salud de perros, conejos, ratones, aves, conejillos
de indias y cualquier otra especie usada para esto.
Por tal
motivo, el 29 de agosto, se radicará este proyecto de ley que busca darle
continuidad a otras regulaciones anteriores como la prohibición del maltrato
animal o la consideración de los animales como seres sintientes. Los
promotores esperan que en los próximos dos años se apruebe esto, lo que
significaría que Colombia sería el
primer país latinoamericano en legislar de forma exclusiva el tema.
“Al
admitirse este proyecto de ley, Colombia sería el primer país con una única ley
que habla sobre el tema, porque, el año pasado, Guatemala aprobó una ley
general en la que está la parte de la prohibición de las pruebas de cosméticos
en animales, solo que está en período de reglamentación y no es el tema
prioritario porque hace parte de una ley muy grande de maltrato animal, eso
implica unos procesos muy largos difíciles de cumplir”, dijo a El Espectador Eduardo Peña,
coordinador de campañas en Latinoamérica de ADI.
De aprobarse
esta ley, Colombia reforzaría su imagen de defensora de los derechos de los
animales a nivel de Latinoamérica. “Con
la ley 1774 nosotros fuimos unos de los primeros países en penalizar el
maltrato animal en América Latina. Fuimos unos de los primeros en
declarar a los animales seres sintientes y este proyecto de ley es una
consecuencia de una concepción mucho más abierta con respecto a ellos”, dijo
Juan Carlos Losada, representante a la Cámara.
Aunque el
pilar del proyecto es que no se usen más los animales en pruebas cosméticas, en
el documento también residen la creación
de un sello libre de crueldad animal que certifique a las empresas
de la industria que no hacen estos ensayos, posibilitándoles la exportación de
sus productos a la Unión Europea, región que desde 2013 tiene reglamentado este
tema y la prohibición de la comercialización de marcas que aún hacen estas
prácticas. Y como tercer principio está la promoción de la investigación científica que aporte en las
alternativas que no incluyan a las especies.
Además, con
esto, se lograría crear un
inventario de las empresas de esta industria para determinar cuáles son las que
no continúan haciendo estas prácticas y cuáles sí. Pues aún en el
país no se maneja una cifra oficial.
Estas
prácticas en los animales iniciaron a principios del siglo XX cuando una mujer
en Estados Unidos se aplicó pestañina y quedó ciega. Debido a esto, la Food and
Drug Administration (FDA) de ese país aprobó la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos Cosméticos en 1938 para
las pruebas cosméticas.
Algunos de
los tests más comunes son las pruebas
de Draizer que consisten en aplicarles, por lo general a los
conejos, sustancias en los ojos durante ocho días para ver los efectos que
producen. Muchos de ellos mueren y a otros los sacrifican. Otra prueba se llama
la dosis letal 50 que
implica probar el producto en un número grande de animales hasta que muera la
mitad de su población.
En los
últimos años, movimientos animalistas han tratado de buscar la forma de
prohibir estas prácticas, Reino
Unido fue el primer país en hacerlo en 1998. Otros que han regulado
el tema, además de la Unión Europea, son India, Israel y Nueva Zelanda.
“El Centro
Europeo para la Validación de Métodos Alternativos posee una base de datos
sobre Métodos Alternativos para Experimentos con Animales que muestra 51 métodos
relevantes para cosméticos y artículos de tocador.
Estos incluyen la
sustitución de las pruebas de ratón por irritación de la piel, el uso de
células humanas para evaluar la irritación ocular, modelos matemáticos para
predecir el metabolismo y la acumulación de sustancias químicas en el cuerpo
humano y modelos tridimensionales de piel para pruebas de absorción química”,
explica en un comunicado el ADI.