El Senado de
Argentina rechazó en la madrugada de este jueves un proyecto para legalizar el aborto, con
38 votos en contra de la iniciativa, 31 a favor y dos abstenciones, informó la
presidenta de la Cámara, Gabriela Michetti.
La propuesta había sido aprobada en primer debate por la
Cámara de Diputados, pero necesitaba la ratificación del Senado para
convertirse en ley.
En una histórica sesión, el rechazo se abrió paso ante la
preocupación de manifestantes abortistas, que esperaban que esa tendencia se
revierta.
Los 72 senadores decidieron si apoyaban o rechazaban la
iniciativa aprobada ajustadamente por la Cámara de Diputados el 14 de junio
pasado, que despenalizaba y legalizaba la interrupción voluntaria del embarazo
hasta la semana 14 de gestación, y que en la tierra del papa Francisco llegó al
Congreso por el empuje mayoritario de agrupaciones feministas.
El debate fue seguido con expectación por miles de
manifestantes a favor vestidos con prendas verdes y otros muchos en contra que
lo hacen de celeste. Los ojos de la comunidad internacional también se posaron
sobre Argentina.
El senador opositor Pedro Guastavino, presidente de la
Comisión de Justicia del Senado, calificó la discusión de histórica y la
comparó con las que derivaron en la aprobación del divorcio en los años 80 y
del matrimonio igualitario hace ocho años.
Guastavino dijo que estuvo en contra de la práctica abortiva
y que finalmente comprendió que “la única forma de entenderla es desde la salud
pública”. Así, cuestionó los abortos clandestinos “que ponen en riesgo la vida”
y señaló que los costos en el sistema de salud disminuyen con prácticas
seguras.
Los votos
La presión se redoblaba a medida que trascendía que la
mayoría de los senadores rechazaría el proyecto, aprobado en junio por Diputados con 129 votos a favor, 125 en contra y
una abstención.
"Cuando hay una Cámara que opina de una manera y otra
que piensa de otra manera, en caso de que sea rechazado, demuestra que la
representación del pueblo está dividida. Eso amerita, tal vez, un sistema de
decisión de democracia directa que prevé la Constitución a través de la
consulta vinculante. Es posible que propongamos esto", adelantó Daniel
Lipovetzky, diputado del oficialista Cambiemos y que tuvo a su cargo el debate
en la cámara baja.
A favor y en contra
Los defensores de la iniciativa sostuvieron que desde 1983
murieron más de 3.000 mujeres por abortos clandestinos. En Argentina se calcula
que se practican hasta 520.000 abortos anuales, según el Ministerio de Salud.
Sin embargo, Mario Fiad, presidente de la Comisión de Salud,
cuestionó que el proyecto sea “violatorio de la constitución” y de tratados
internacionales suscritos por Argentina.
Asimismo criticó que abra las puertas al aborto sin límites
ya que lo acepta después de las 14 semanas de gestación en caso de violación o
si la vida o salud de la mujer estuvieran en riesgo.
Otros contrarios a la iniciativa habían señalado al respecto
que ésta recoge el concepto de salud de la Organización Mundial de la Salud,
que es “amplio”, por lo que una mujer podría alegar que está deprimida para
llevar a cabo la práctica.
El papa Francisco ha comparado la práctica con "lo que
hacían los nazis" para cuidar la pureza de la raza, "pero con guantes
blancos".
El presidente Mauricio Macri, un confeso “pro vida”, llamó a
respetar las distintas opiniones. El mandatario se había comprometido a no
vetar la ley en caso de que hubiese sido aprobada.
Uruguay, Guyana, Cuba y la Ciudad de México son los únicos en
Latinoamérica que han legalizado el aborto. En Puerto Rico y en las Antillas y
Guayana francesas también se permite atendiendo a las legislaciones de Estados
Unidos y Francia, respectivamente. (I)