Los nuevos talentos de la marcha en Pitalito-Huila



Son muy jóvenes, ninguno alcanza la mayoría de edad, pero tienen algo en común: la admiración a Éider Arévalo y a sus raíces en Pitalito en el departamento del Huila. Más de 100 jóvenes entre los 5 y 17 años entrenan en la Escuela de formación de Edward Chilito, semillero de Éider Arévalo y Esteban Soto.

Algunos llegaron a la marcha atlética por convicción, otros por accidentes de la vida, que resultaron gratificantes y exitosos.
Estas son apenas cinco de los cientos de caras de los marchistas de un territorio que quiere dominar esta modalidad del atletismo, y que cuenta con un ídolo que ya llegó a lo más alto de este deporte.
Foto: Nangibe Torres.

Ashley Mitchell Leguizamo – 16 años
“Practicar un deporte es vivir”, con esa frase empezó la entrevista con Ashley, una joven que jamás había practicado un deporte y que la presencia del entrenador del municipio en su colegio la motivó para probar en la marcha. 
“Me motiva sacar adelante a mi familia y demostrar a todas las personas que sí se puede. Uno tiene que luchar y demostrar que puede hacer las cosas y llegar desde lo más bajo a lo más alto. Mi momento ideal es que me vean como una figura de admirar y que lo vean como una buena persona”
Escucharla hablar motiva a que cualquier persona practique la marcha, sus palabras proyectan triunfo no solo en esta disciplina sino en la vida. Quiere ser grande y con esa actitud seguramente va a lograr grandes cosas, viniendo de una joven que se siente orgullosa de la marcha y de su Pitalito.

Foto: Nangibe Torres.

Miguel Ángel Calderón Muñoz – 17 años
Sufrió como ningún otro las inclemencias del matoneo en su colegio. Cuando tenía apenas 13 años medía 1.48 cm y pesaba 78 kilogramos. Miguel Ángel consciente de los problemas de salud que eso podía conllevar, se inscribió en marcha atlética.
Aunque su primera idea era ser velocista porque la marcha “era muy fácil”, se dio cuenta que no era como pensaba. No concebía que se pudieran cansar con solo caminar, pero en la práctica aprendió que es un deporte que requiere de un gran esfuerzo.
Miguel Ángel no se ahorra elogios para su ídolo y paisano:
“Éider es un apoyo tanto en lo motivacional como también cuando me regaló un par de zapatillas. Relaciono su vida con la mía porque ambos somos del campo, trabajamos allá y no siempre tuvimos apoyo de un patrocinador”.
Ahora Miguel mide 1.72 cm y pesa 62 kilogramos, muy lejos de ese ‘gordito’ que marcó su vida y lo encaminó a soñar con ser el mejor marchista del mundo.

Foto: Nangibe Torres.

Camilo Andrés Tovar - 15 años
Como la mayoría de los de su edad, empezó en el fútbol, y dice con convicción que era bueno y goleador, pero acompañar a su hermana mayor a los entrenamientos de marcha sin duda le cambió la vida. Le gustó, le llamó la atención y remedaba todos sus movimientos.
“A pesar de que este deporte es muy reconocido, hay muchas personas en Pitalito que les parecía muy gracioso y se burlaban. Ahora la gente ha tomado más consciencia y ya no es tanto como antes. Si a nosotros nos gusta lo que hacemos debemos practicarlo”, dijo Camilo sobre la importancia que ha tomado la marcha en su municipio.
A Camilo le tocó lidiar con el ‘No’ de su hermana para practicar la marcha, según ella porque es muy duro. Pero este joven con ideas firmes, se dejó llevar por la pasión que sentía y hoy es uno de los destacados. A sus amigos les parecía algo ‘raro’ sobre todo por haber dejar el fútbol, pero unas palabras retumban en su cabeza: “si a uno le gusta algo debe hacerlo’.
Foto: Nangibe Torres.

Juan David Sánchez – 15 años
Es uno de los primíparos del grupo de marchistas, pero ser nuevo no le ha quitado esas ganas de triunfar y hacer las cosas bien. Empezó apenas en enero de este año, pero por su forma de hablar parece que llevara mucho tiempo en la marcha.
Su motivación fue Éider Arévalo, quiere imitarlo y por sus palabras intentará superar al campeón del mundo:
“Cuando Éider ganó el mundial, yo busqué al entrenador y le dije que quería marchar. Al día siguiente madrugué a entrenar. Esa medalla de Éider marcó mi vida y quise aprender más de esta disciplina”
El proceso no ha sido fácil porque al principio le dolían mucho las piernas, pero ese dolor lo soportó con la firme intención de cumplir su sueño. Ha tenido que hacer muchos sacrificios, en su casa no ve televisión, no tiene amigos diferentes a los de la escuela de atletismo y según él, eso es lo que lo ha llevado lejos. Es repetitivo en nombrar la disciplina, y asegura que sin eso no hay posibilidad de éxito en el deporte.


Samuel Truque – 14 años
Tuvo que pasar un buen tiempo hablando con Samuel para darse cuenta de que era primo de Éider Arévalo, seguramente porque no quiere cargar con esa presión que eso conlleva. Es un joven corto de palabras y tiene una ventaja sobre los demás que es recibir los consejos de su primo campeón, en las reuniones familiares.
“Cuando entreno me da consejos de que mejore en la técnica. Para mí es un ídolo porque yo quiero lograr hasta más de lo que él ha hecho. Me pregunta por los entrenamientos y me dice que sea juicioso y no deje esto”
Samuel empezó cuando tenía apenas 10 años y lo que no habla, lo desahoga en la pista con la responsabilidad de ser familiar de un campeón del mundo. Se le notan esas ganas de lograr grandes cosas y seguramente en unos años su nombre va a sonar en los podios del mundo como lo hizo su primo al que tanto admira.

Por Thomas Beltrán



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