El negocio llevaba unos cinco
meses cerrado por otras inconsistencias con el manejo de cuerpos embalsamados.
Una macabra carta sin remitente llegó hasta las autoridades de Detroit.
En esta había instrucciones sobre cómo y dónde hacer encontrar algo
verdaderamente escalofriante.
No era la primera vez que esta funeraria se veía involucrada en un
escándalo, pues en abril pasado las autoridades de salud habían clausurado el
sitio por la presencia de tres cadáveres en mal estado. El encargado afirmó que
estaba guardando dichos cuerpos mientras los familiares conseguían dinero para
las exequias. Los mantuvieron allí por unos cinco meses.
Con la información de la carta llegaron las autoridades forenses para
notar que habían sido escondidos pequeños restos en el techo, los cuales
resultaron siendo de unos 11 bebés. El medio Detroit News informó que
aparentemente se trataba de bebés que nacieron muertos, información que los
investigadores tratan de confirmar.
Lo que sí pudo explicar el teniente de la policía de Detroit Brian
Bowser es que "tenemos identificados algunos de los restos y vamos a
tratar de contactar a las familias", aunque aclaró que aún era difícil
determinar el tiempo que estaban allí escondidos o las edades.
“Obviamente fue un empleado o alguien que tenía conocimiento”, dijo, al
mismo tiempo que lamentaba la “insensibilidad” con que les dieron tratamiento a
los cadáveres, ya que estaban en cagas de cartón en un lugar casi imposible de
ver a primera vista.
Temiendo que hubiera más cadáveres escondidos, los oficiales usaron un can
experto en búsqueda de personas, pero no hubo más hallazgos desafortunados.
La información va encaminada hacia los propietarios de la funeraria
Castell, aunque de momento no hay capturados.