Al menos 66 personas han muerto y 76 han resultado
heridas al explotar una toma clandestina de gasolina en estado
mexicano de Hidalgo, en el centro del país.
"El saldo que tenemos al momento de lo ocurrido en Tlahuelilpan es
de 66 personas fallecidas y 76 personas heridas que están siendo atendidas en
distintos hospitales", ha indicado en Twitter el Gobernador del estado,
Omar Fayad.
Muchos de los heridos sufren graves quemaduras y se teme que
se encuentren mas cadáveres calcinados en las cercanías del ducto donde
centenares de personas se agolparon para robar el combustible de la fuga
provocada a media tarde del viernes.
El alcalde del municipio, Juan Pedro Cruz, ha dicho a
medios que la fuga del oleoducto ocurrió a las 17.00 hora local (23.00
GMT), cuando al lugar llegaron efectivos del Ejército mexicano, quienes
acordonaron la zona pero no pudieron controlar a unas 200 personas que
rompieron el cerco y tomaron el combustible.
Ha señalado que los militares pidieron a los
pobladores que abandonaran la zona pero éstos no hicieron caso y
sucedió la tragedia.
Lucha contra el robo de carburante
"Lamento mucho la grave situación que se padece en
Tlahuelilpan por la explosión de un ducto. Estoy en Aguascalientes y, desde que
el director de Pemex y el secretario (ministro) de la Defensa me informaron, di
instrucciones para que se controle el fuego y se atienda a las víctimas",
ha escrito el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en un
mensaje de Twitter.
Tras el estallido el combustible creó una especie de
barrera de fuego donde se encontraba la mayoría de las personas.
Mediante un comunicado, Pemex ha informado de que personal
especializado, en coordinación con autoridades de todos los niveles, atendía el
incendio en el ducto Tuxpan-Tula, en el municipio de Tlahuelilpan, a donde se
ha trasladado el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección
Cuidadana (SSPC), Alfonso Durazo.
El accidente ha ocurrido cuando varios estados
mexicanos continúan con problemas de desabastecimiento de combustibles dos
semanas después del inicio de la crisis debido al persistente sabotaje de los
oleoductos de Pemex, que impide un restablecimiento total del suministro y que
llevó al Ejecutivo a reforzar la seguridad en la zona.
Desde hace 15 días, una decena de estados padecen escasez de
gasolinas por un cambio en el modelo de suministro de Pemex, pues en lugar de
oleoductos se usan pipas (camiones cisterna) para acabar con el multimillonario
robo de hidrocarburos que en 2018 ocasionó pérdidas de unos 65.000
millones de pesos (3.416 millones de dólares).