Explican los biólogos y expertos en temas de ríos, que
ahora el Cauca se encuentra en su nivel más crítico y que el impacto es
inmediato para el ecosistema.
El panorama es similar en otras poblaciones como
Puerto Valdivia y Tarazá, cualquier oportunidad de empleo para
pescadores y mineros hoy escasea.
En un recorrido desde el norte de Antioquia hasta los
municipios del Bajo Cauca se evidenció la dramática situación por la
disminución del río.
En Cáceres el panorama es desolador, los
arenales del cauce reemplazan la vegetación entrando al municipio y
en algunos de sus corregimientos, como Jardín o Puerto Bélgica los acueductos,
surtidos por el Cauca fallan. Sus habitantes piden agua potable:
"Tiene que mojar los trapitos para uno bañarse y
no gastarse el poquito de agua", expresó Carmen Ibáñez, habitantes de
Cáceres.
El segundo día, tras el cierre de la compuerta de casa
de máquinas en Hidroituango, es aún más difícil. Hasta el momento son
cerca de 50 mil los peces muertos del río.
"Hay una reducción significativa del oxígeno en
esa agua, lo que implica que al evaporarse con las altas temperaturas esos
pozos empiezan a disminuir su tamaño y pues pueden contener menos cantidad
de peces vivos", explicó Juan Carlos Posada, coordinador de Defensa Civil
de Antioquia.