Riley
Wooff, de 6 años y oriundo de Lancaster (Inglaterra), tuvo que ser operado con
emergencia después de que su lengua se hinchara y se pusiera negra.
Clare
Wooff, madre del menor, se percató de que su hijo estaba sufriendo de
dolor mientras ella conducía y él estaba en la parte de atrás del vehículo.
Frenó e intentó liberarlo de la tapa, pero al no lograrlo se asustó y lo llevó
a un centro médico.
Al
llegar, varios médicos intentaron pero tampoco pudieron sacar la tapa, mientras
la lengua de Riley se hinchaba y se ponía cada vez más negra . Ahí fue cuando
el cuerpo médico le dio a la madre que necesitaban hacer una cirugía de
urgencia, pero “existía el riesgo de que pudiera matarlo”, detalla el mismo
medio.
Un
equipo de 4 especialistas y 10 médicos asistió a la operación del niño inglés,
que finalmente pudo retirar la tapa bajo sedación. Riley dejó el hospital Royal
Lancaster Infirmary con la lengua “intacta”, aunque con impedimento de hablar
por un tiempo, explica el rotativo británico.
Tomado de Pulzo Colombia