Se
trata de Ximena Quijano, de 25 años, y
José Antonio Parada, de 22 años, ejecutados la noche del domingo junto al
transportador y a otro joven mexicano.
Los
cadáveres de las cuatro personas fueron hallados este lunes en una zona agreste
del estado mexicano de Puebla (centro), informaron autoridades locales.
El
cuádruple homicidio se produjo después de que los dos jóvenes colombianos,
estudiantes del programa de medicina de la Fundación Universitaria Sanitas en
Bogotá, pero en intercambio en la Universidad Popular Autónoma del Estado de
Puebla, y su amigo mexicano Javier Tirado, de 22 años y estudiante de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, asistieron a un carnaval tradicional
en la localidad de Huejotzingo, a unos 110 kilómetros de Ciudad de México.
“Los
datos preliminares de la investigación arrojan que las personas se encontraban
en el carnaval de Huejotzingo cuando solicitaron y alquilaron un servicio de
transporte Uber”, informaron la fiscalía y la secretaría de gobernación.
Según
el fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera, los tres amigos salieron del
festival aproximadamente a las 22:15 del domingo (hora local) en un automóvil
de la plataforma Uber. Pero 12 horas después sus cadáveres fueron localizados
junto con el del conductor.
“Los
cuerpos fueron encontrados en el camino de terracería”, dijo Higuera a la
prensa.
Las
autoridades informaron que ya hay tres personas detenidas que habrían
participado en el ataque, sin dar más detalles sobre las líneas de
investigación.
Las
autoridades y la comunidad estudiantil de la Universidad Popular Autónoma del
Estado de Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla condenaron los
hechos y exigieron justicia para sus compañeros.
“Condenamos
con firmeza este acto de atroz cobardía, un ejemplo más de la violencia
irracional, inseguridad e impunidad que, desgraciadamente, crece día con día”,
expresó la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla en un comunicado.
Huejotzingo,
ubicada a unos 36 kilómetros de la capital de Puebla (centro), celebra
anualmente un carnaval con abundante uso de pólvora que atrae a miles de
turistas, aunque además fluyen bebidas embriagantes, pese a las prohibiciones
oficiales.