El fenómeno no se debe al
descenso de la contaminación como resultado de la disminución de la actividad
económica por el coronavirus.
El agujero de ozono «sin
precedentes» por su tamaño y duración detectado en el Ártico este año se ha
cerrado, ha informado el Centro Europeo
de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF por sus siglas en inglés) en
su cuenta de Twitter.
Este marzo los científicos
observaron signos de formación de un agujero extraño y el fenómeno se atribuyó
a las bajas temperaturas en el polo norte. A principios de abril la Agencia
Espacial Europea (ESA) comunicó que los niveles de ozono caían rápidamente, lo
que provocó que creciera de manera extraordinaria el agujero en la capa de este
gas que protege la Tierra de la mayor parte de la radiación ultravioleta del
Sol.
Sin embargo, este jueves
23 de abril el equipo del Programa Europeo de Observación y Vigilancia de la
Tierra Copérnico anunció que la anomalía se había cerrado, tal y como lo
preveía Diego Loyola, investigador del Centro Aeroespacial Alemán, cuando dijo
que se esperaba que el agujero desapareciera a mediados de abril.
El cierre no tiene nada
que ver con la reducción de la contaminación como consecuencia del
confinamiento y la suspensión de actividades económicas en muchos países del
mundo para prevenir la propagación del covid-19, según Euronews. Se estima que
la desaparición del agujero se debe a una ola de calor que provocó el vórtice
polar, las corrientes de gran altitud que normalmente llevan aire frío a las
regiones polares, que esta vez se dividió en dos e hizo que las temperaturas en
el Ártico fueran hasta 20º C superiores a las normales para esta época del año.
Fuente: actualidad.rt.com