A
violaciones reiterativas y a trabajos forzados como cargar leña, arriar mulas,
cuidar ganado y hasta mover bultos de gallinaza en una finca de campo, en
Ibagué, Tolima, fue sometido un niño desde que tenía 6 años de edad.
La historia
comenzó en el 2009, cuando sus padres lo entregaron a un hombre conocido para
que le hiciera compañía día y noche a la madre de éste, una mujer de la tercera
edad.
Sin embargo,
lo único que encontró el menor fueron malos tratos de parte del hombre que lo
obligaba a realizar trabajos forzados de campo que él por su condición no tenía
fuerzas para cumplir.
Incluso,
campesinos lo vieron la mayoría del tiempo mal vestido y denunciaron que
"hasta ingería los alimentos en una porqueriza".
No contento
con esto, el hombre lo golpeaba con un machete, lo que le ocasionó lesiones en
los brazos. También, se pudo establecer que no era enviado a la escuela, pues
la mayor parte del tiempo pasaba trabajando.
La víctima,
que hoy tiene 15 años, le contó a la Fiscalía que cuando cumplió 10 años fue
víctima de abuso sexual en hechos que se dieron en varias oportunidades hasta
2017, año cuando -cansado de los malos tratos- decide escapar de la finca.
Afortunadamente,
fue acogido por una familia y, posteriormente, fue rescatado por un hermano
mayor que lo llevó a la casa de sus padres biológicos.
Con el paso
del tiempo, el joven le contó su viacrucis de 10 años a una mujer que conoció,
quien lo alentó a denunciar esos delitos que fueron conocidos por el Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar, entidad que restableció los derechos del
menor de edad y ofició lo sucedido a la Fiscalía, la cual abrió de inmediato la
investigación.
El autor de
estos hechos denigrantes fue capturado y judicializado recientemente por los
delitos de trata de personas agravado y acceso carnal violento agravado en
concurso homogéneo y sucesivo, con lo que el Centro de Atención Integral a
Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de la Fiscalía en Tolima logró enviarlo a la
cárcel.
Fuente: EL TIEMPO