Luego de reportar su
desaparición, la Fundación ProAves confirmó el asesinato de Gonzalo
Cardona Molina, coordinador de la Reserva ProAves Loros Andinos y guardián
del Loro Orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), un ave de 42 centímetros con un plumaje verde y
amarillo que habita en los Andes colombianos y que en su etapa
reproductiva se traslada a las palmas de cera.
El líder ambiental, que
durante 23 años se dedicó a evitar que esta ave endémica de Colombia se
extinguiera, fue visto por última vez en la vereda La Unión, en el departamento
del Valle del Cauca, en el camino que conduce de Barragán hacia Roncesvalles,
el pasado 8 de enero.
Hasta el momento no se tiene
claridad de los hechos y, por ahora, las autoridades realizan las
investigaciones correspondientes para establecer lo ocurrido.
Gonzalo Cardona Molina, más
conocido como Gonza, nacido y criado como ayudante de granja en Roncesvalles,
Tolima, amaba las palmas de cera de su vereda, su gélido y vinotinto río
Cucuanita, las nubes que se escabullían entre su parcela y su hermosa familia
que lo acompañaba en su alegre y diario trajinar al lado de su fiel amigo
canino.
Argumenta la Fundación
ProAves, que el día que se enteró de la necesidad de apoyar a la
conservación de un loro que veía durante sus jornadas de vaquería, no tuvo duda
y se entregó enteramente para salvar a la especie más majestuosa y carismática
de Colombia, el Loro Orejiamarillo, que se encontraba al borde de la
extinción.
En ese momento, apenas 81
individuos sobrevivían en la Cordillera Central de Roncesvalles. Durante
más de 20 años, Gonzalo acompañó incansablemente a estos animales para
asegurarse, que no fueran cazados y su
hábitat no fuera destruido. Lo hizo de una manera carismática en un momento de
inmenso peligro e incertidumbre. Constantes batallas y escaramuzas entre
militares y guerrilleros lo colocaban en situaciones que amenazaban su vida, pero
lo más importante para él era que los loros estuvieran a salvo.
Recibía amenazas
Las amenazas no fueron solo
para el loro, sino también para Gonzalo. Según ProAves, en ocasiones
había sido amenazado por muchos bandos incapaces de comprender su amor por la
especie y su desinterés en la política. "Los eternos enemigos de la paz,
asumieron que él tenía otros motivos, cuando simplemente estaba impulsado a
hacer algo diferente", afirmó la Fundación en un comunicado.
En sus últimos días, durante
el pasado mes de diciembre, Gonzalo alcanzó a realizar el último censo nacional
del Loro orejiamarillo y la Cotorra Coroniazul y los números llenaron de alegría
su corazón por el deber cumplido y de quienes luchan por preservar especies: 2.895
loros en Roncesvalles.
"Colombia no solo
perdió otra vida preciosa, Roncesvalles perdió a un líder ambiental y al mejor
de sus hijos, su familia a un ser muy amado y nuestro Loro orejiamarillo a su
padre y salvador", señala en la comunicación ProAves.
Asegura que este líder
ambiental también acompañó con su sello de alegría y espontaneidad durante todo
este tiempo a los visitantes del páramo de La Yerbabuena, lugar donde la
Fundación ejerce fuertes labores de conservación a través de su área protegida.
“Gonzalo siempre nos inculcó
su amor incondicional por la naturaleza y nos enseñó que uno tiene que amar el
medioambiente, esas cosas las va llevando uno en el corazón”, informó la
Fundación.
“Siempre se sintió orgulloso
en decir que es una de las personas que más conocimiento tiene de esta especie
en Colombia; además, es un experto en la regeneración de la palma de cera
(Ceroxylon quindiuense), árbol nacional”, dijo ProAves.
Fuente: SS