El
pasado sábado 16 de enero los jóvenes de undécimo grado de calendario A en todo
el país, estaban nerviosos, porque ese día se conocían los resultados de la
prueba saber 11, los cuales de alguna manera, les marcan su futuro. Igual
pasaba en la casa de Judith Páez en Distracción, un municipio típico de la
media Guajira, porque su hijo Édgar Alexander Orozco Páez, había presentado las
pruebas y estaba ansioso por el resultado.
Él
es un joven con síndrome Down que, gracias a la tenacidad de su mamá, quien
siempre lo ha tratado con la ternura necesaria, pero exigiéndole disciplina y
responsabilidad; al esfuerzo de la Institución Educativa Rural Gladys Bonilla
Gil del corregimiento de Chorreras que lo recibió sin que estuvieran muy
preparados para ello y le generaron el contexto pedagógico necesario para su
formación; y claro a su capacidad de adaptabilidad, había podido graduarse y
presentar las pruebas.
La
alegría fue mucha cuando al entrar a la plataforma, se encontraron con que
Edgar Alexander había sacado el puntaje más alto del municipio: obtuvo 326
puntos. Recordemos que a los jóvenes que viven en condición de discapacidad,
según la resolución 675 de 2019, les realizan un examen con enfoque especial.
Es
un triunfo para todos los que, desde un paradigma de vida incluyente, han
creído en él y le han acompañado en todo su proceso.
Este
joven, hincha furibundo del Junior de Barranquilla, es una demostración de que
cuando la familia y la escuela se juntan, desde un paradigma incluyente, se
pueden alcanzar las metas que se han propuesto.
Tenemos
que cambiar nuestra mirada de las personas que viven en condición de
discapacidad, no podemos relacionarnos con ellos desde la indiferencia o la
lástima, sino desde el reconocimiento de sus posibilidades y capacidades
especiales.
Tomado de: Blu Radio