Desde hace más de una década, a Elvita y su hijo Luis Miguel la dura violencia en Colombia los desplazó de su tierra, pero fue el doloroso crimen del padre de él lo que los impulsó a emprender la huida.
"Tuve
que salir hacia Venezuela, antes de eso vendimos todo, no le quise informar a
mi familia porque ellos también fueron maltratados por la Policía. El papá de
mi hijo fue desaparecido (sic)”, revela Elvita.
Ya en
Venezuela, instalaron un puesto de venta de empanadas y arepas donde todo
marchaba muy bien. Pero hasta allí los persiguió la violencia.
"Llegaron
unos colectivos y nos extorsionaban, puse las denuncias y no salieron al
instante, salieron demoradas y varios de ellos se dieron cuenta de que nos
estaban yendo muy bien. Nos dijeron que por qué nos iba tan bien y se llenaron
de odio y nos discriminaban. Llegaron seis hombres armados y nos sacaron, nos
tocó salir con mi hijo a las doce de la noche para Brasil", relata la
mujer.
Después de
estar unos meses en Brasil, una familia de ese país les recomendó que por
seguridad viajaran hasta la Guyana Francesa, una parada antes de finalmente
llegar a París.
Allí
vivieron 8 meses, literalmente en la calle.
"En
París fue muy duro porque yo no sabía el idioma, porque es muy duro aprender el
francés, dormimos en el aeropuerto tres meses en unas sillas. Después decidimos
dormir en el parque, en una carpa", explican.
Pero en
medio de las dificultades, y fieles a su sueño de salir adelante, Elvita y su
hijo le apostaron a cocinar y vender estos deliciosos tamales con sabor
colombiano.
"A mi
madre yo le colaboro más que todo con el tema de la logística y con el tema de
los pedidos, con el tiempo que hemos pasado aquí conozco muy bien las
estaciones del metro y las direcciones. Los pedidos se los hago llegar al metro
más cercano de cada cliente", indica Luis Miguel.
Clientes que
día a día les agradecen y reconocen la sazón de Elvita.
Madre e hijo
cuentan que su gran sueño es posicionar sus tamales parisinos, para después
emplear a más personas que, como ellos, llegaron a batallar para salir
adelante.
Fuente:
Noticias Caracol