Lamentablemente, desde nuestros primeros años nos vemos
expuestos a estereotipos de belleza que de manera inconsciente van moldeando
nuestro propio ideal de belleza, nuestro “deber ser” físico a través del cual
podremos alcanzar la aprobación ajena y propia. Pero, ¿Qué sucede cuando algo
en nuestro cuerpo escapa a esos parámetros? La baja autoestima nos invade y
afecta la manera en que nos percibimos así como también, las relaciones que
tendemos a forjar con quienes nos rodean.
La incomodidad de no poder ser ‘perfectos’ cala en lo más
hondo de nuestra subjetividad y puede llegar a afectar gravemente nuestra salud
emocional. Eso mismo notó Derek Prue, un padre que comenzó a observar cómo su
hijo empezaba a manifestarse algo incómodo con su mancha de nacimiento que
cubre buena parte de su pecho.
Preocupado por su hijo, este padre se dispuso a hacer hasta
lo imposible con tal de calmar su dolencia emocional, y decidió tatuarse la
forma de su mancha de nacimiento para transmitirle comprensión y seguridad.
“No lo dudé ni un segundo… Mi hijo estaba cada vez más
incómodo a medida que crecía, y tuve la idea de tener la misma marca que él… Lo
vi como una oportunidad de hacerlo sentir más cómodo consigo mismo”.
Decidido a cometer tal acto de amor, este maravilloso padre
se dirigió a Juicy Quill Tattoo, un estudio de piercings y tatuajes cerca de su
hogar en Alberta, Canadá. El valiente hombre y el tatuador tuvieron que pasar
más de 30 horas a lo largo de varias semanas, para lograr que el tatuaje se
viera igual a la marca de nacimiento de su hijo.
Cabe destacar que, por vergüenza a su marca, el chico había
comenzado a llevar una camiseta para cubrir su propia mancha en el agua, pero
se alegró tanto cuando se enteró de lo que había hecho su padre, que recuperó
la confianza para poder quitarse la remera y jugar sin temor a la mirada ajena.
En efecto, el acto de solidaridad de su padre le dio a Derek
Jr. la fuerza para aceptarse. “Ahora tenemos las mismas marcas para toda la
vida”