Es probable que en el tiempo que usted tarde leyendo este informe se registre la muerte de al menos dos personas por covid-19 en Colombia. El peor momento de la pandemia, el que se encuentra hoy en lo más alto de la tercera ola y no da señas de ceder, está reportando dos fallecidos cada cinco minutos, a un ritmo de más de 24 por hora o, lo que es igual, de casi 600 vidas diarias; o, si se quiere, 42 familias en luto en lo que dura un partido de fútbol.
Se trata de
un momento epidemiológico y de máximo estrés para el sistema de salud sin
precedentes que, por supuesto, aceleró la llegada de una cifra tan simbólica
como aterradora. Este lunes 21 de junio el país superó las 100.000 víctimas
confirmadas de esta tragedia y se convirtió en el décimo país del mundo en
quebrar ese triste récord.
De acuerdo
con el reporte de Ministerio de Salud, en las últimas horas se confirmaron 648
muertes más por el virus, de las cuales 584 corresponden a días anteriores. Se
trata de la cifra de muertes diarias más alta desde que empezó la pandemia, en
marzo de 2020.
Con esta
actualización, la cifra total de fallecimientos en el país asciende a 100.582.
Por otro
lado, se reportaron 23.239 casos nuevos de coronavirus, por lo que van
3.968.405 casos confirmados. Así las cosas, los casos que se mantienen activos
son 169.994.
Esta es una
tragedia que en Colombia ha matado en promedio a 216 ciudadanos cada día desde
el 16 de marzo del 2020, cuando se presentó el primer fallecimiento. Y que en
este tiempo ha hecho de los hombres mayores de 60 años las principales víctimas
del virus. En concreto, tres de cada cuatro defunciones fueron en personas de
60 años o más y el 61,57 por ciento de todos los decesos eran hombres.
Una tragedia
que puede ser incluso mayor si se tiene en cuenta que, de acuerdo con los
informes de mortalidad del Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(Dane), hasta el pasado 9 de mayo había otras 17.865 muertes en estudio pues se
consideran sospechosas de covid-19.
Ese análisis
del Dane deja ver que, para entonces, los decesos del covid-19, tanto en casos
confirmados como sospechosos, daban una tasa de 72,2 fallecidos por cada
100.000 habitantes en el territorio nacional; un indicador que en el Atlántico
subía a 147,8; en Amazonas, a 113,1 y en el Quindío, a 98.
Además,
dicho informe reveló que uno de cada cuatro difuntos por el virus estaba
casado; uno de cada cinco tenía solo educación primaria; que los estratos 1, 2
y 3 concentran el 87,1 por ciento de estas defunciones, y que el 6 por ciento
de las muertes confirmadas se registraron en casa o fuera de los hospitales.
Una tragedia
que, valga recordar, solo presupuestaba una mortalidad de estas dimensiones en
sus peores escenarios. En junio del 2020, al contextualizar una respuesta
oficial enviada a la Corte Constitucional en la que se hacían proyecciones de
la afectación del Sars-CoV-2 a final de año, el Instituto Nacional de Salud
(INS) indicó que si la pandemia no modificaba los indicadores que tenía en la
primera flexibilización de la cuarentena el 27 de abril (número reproductivo
efectivo de 1,37), se podrían presentar 41.622 fallecimientos por covid-19 para
el 31 de diciembre, en un rango de 15.115 a 55.411.
Y,
justamente, el propósito de las medidas era lograr la menor mortalidad posible,
según dijo en su momento la directora del INS, Martha Ospina. Sin embargo, de
acuerdo con el Dane, el año pasado, el covid-19 causó 51.156 muertes
confirmadas y otras 13.517 que siguen bajo investigación.
Según
algunas proyecciones no oficiales, este nivel de mortalidad solo se alcanzaría
en julio y en un escenario pesimista frente a los factores que afectan el
desarrollo de la pandemia.
Ahora, al
llegar a los 100.000 fallecimientos, la pandemia igualó las cifras de muertes
del año pasado en menos de seis meses y el número reproductivo efectivo
(contagios que causa una persona infectada) se ubica en 2,05, lo más alto de la
pandemia.
“Los 100.000
muertos son la evidencia de que esta situación inédita nos superó a todos. Y
hay que tener la humildad para aceptar que frente a la agresión de un virus no
hay nada escrito y lo que enseña diariamente debe ser la base para aplicar
medidas que están lejos de ser las definitivas”, afirma Pedro Cifuentes,
experto en salud pública.
Ninguna
enfermedad de la que se tenga registro ha causado tantas víctimas en tan poco
tiempo en Colombia, al punto de que el covid-19 se constituyó en la primera
causa de muerte, fue responsable el año pasado de uno de cada cinco decesos y a
lo largo de la pandemia ha provocado un exceso de mortalidad superior al 38 por
ciento, según los datos del Dane hasta el pasado 9 de mayo.
La tercera
ola
El análisis
del Dane no alcanzó a incluir la mayoría de la mortalidad que ha dejado la
tercera ola, que sigue aumentando y ha resultado devastadora a niveles
inimaginables. De hecho, los decesos confirmados desde el 15 de marzo –cuando
empezó a elevarse– representan el 37 por ciento de todos los reportados y ya
son más que los que se presentaron en los dos picos anteriores (julio-agosto y
diciembre-enero).
Lo más
preocupante es que la tercera ola –una meseta en forma de tsunami– sigue
creciendo. En las últimas tres semanas, las muertes han aumentado a un ritmo de
3 por ciento y lo más probable es que este domingo se cierren siete días con
más de 4.000 fallecimientos reportados.
El promedio
diario de decesos reportados por el virus refleja esa mortalidad disparada. En
la semana del 15 al 21 de marzo, cuando comenzó a crecer, ese indicador estaba
en 126; un mes después (del 12 al 18 de abril) se ubicaba en 348; a mediados de
mayo (del 17 al 23) llegó a 489, y en lo corrido de esta semana (del 14 al 19
de junio) alcanza los 593.
Todo esto,
jalonado por el momento epidemiológico en Bogotá, Cundinamarca, Santander,
Bolívar, Cauca, Córdoba, Boyacá, Tolima y Meta.
La
salubrista Elizabeth Beltrán es clara en que en la pandemia hay factores que se
pueden modificar para atenuar los efectos, como la interacción entre personas,
la vacunación y la pedagogía hacia la gente para aplicar medidas conocidas,
algo que debe revisarse a diario porque “evitar una muerte merece todo
esfuerzo”.
Uno de los
países más afectados
Con la
confirmación que se dio este lunes sobre los 100.000 fallecimientos por el
covid-19, Colombia se convertirá en el décimo país del planeta en alcanzar esos
niveles de mortalidad en números absolutos. En el balance general, Estados
Unidos (602.033), Brasil (501.825), India (388.135), México (231.187), Perú
(190.202), Rusia (127.641), el Reino Unido (128.245), Italia (127.291) y
Francia (110.940) son los otros en la parte alta de ese escalafón.
De ese
grupo, solo Perú (5.684), Brasil (2.340), Italia (2.108) y Colombia (1.932)
están entre los primeros 18 de la lista cuando se analiza la mortalidad de la
pandemia por cada millón de habitantes. Sin embargo, el impacto que ha causado
la tercera ola ubica a Colombia como el tercer país del mundo con más víctimas
del covid-19, según los datos del 13 al 19 de junio. En ese tiempo Colombia
reportó 4.143 fallecimientos, solo por detrás de Brasil (14.271) e India
(10.503).
Pero al
mirar la tasa de muertes por cada millón de habitantes, Colombia está esta
semana por delante de ellos (80), pues los brasileños tienen 67 en ese
indicador y los indios, diez veces menos (8) y con una reducción del 33 por
ciento frente a los siete días previos.
Fuente: EL
TIEMPO