Una de las principales problemáticas en el pueblo de Kumasi, Ghana, es la dificultad que tienen niños y niñas para asistir a sus clases escolares. La razón de este problema radica en las grandes distancias que existen entre los hogares y los centros escolares. Esta situación se agrava aún más cuando las condiciones climatológicas, tales como el intenso calor o las fuertes lluvias hacen más difícil llegar a la escuela.
Cuando era pequeña, Bernice Dapaah experimentó en carne
propia las implicancias que significa caminar grandes distancias para llegar a
sus clases. “Cultivábamos nuestra propia comida, nos despertábamos temprano
para trabajar en el campo y nos preparábamos para la jornada, y luego tenía que
caminar muchos kilómetros hasta la escuela”. Las consecuencias de esta
situación afectaban la concentración de Bernice , así como también las llegadas
tarde a clase le hacía perderse gran parte del contenido académico.
Pero un maravilloso día, su abuelo le cambió la vida
comprándole una bicicleta. “Podía despertarme más tarde, tener más energía para
estudiar y pasar más tiempo ayudando en la casa y en la pequeña granja”, cuenta
Bernice. Esta experiencia significativa de vida le abrió los ojos y la impulsó
a desarrollar Ghana Bamboo Bikes, un emprendimiento que busca transformar la
realidad de miles de estudiantes, fomentando el trabajo local y el cuidado del
medioambiente.
El emprendimiento Ghana Bamboo Bikes tiene grandes impactos
positivos en todos los niveles: Genera empleo a los pobladores locales,
visibiliza una opción alternativa sustentable para quienes se movilizan con
automóviles e intensifica la plantación de bambú, siendo este un cultivo que
previene la erosión del suelo. Además, gracias a las ganancias que obtienen de
las ventas, Bernice brinda gratuitamente bicicletas en distintos pueblos de
Ghana para que niños y niñas tengan la oportunidad de llegar más rápido a los
centros educativos y así mejorarles la calidad educativa.
¿Por qué utilizar bambú para construir bicicletas?
“El bambú es fascinante. Mi abuelo lo cultivó de forma
salvaje, por lo que siempre estaba cerca de este cultivo. Vi lo fuerte que era,
veía a la gente hacer sillas con él y me di cuenta de que podría usarse para
hacer otras cosas. Así, la idea surgió: ¿por qué no bicicletas?“.
“El bambú es cinco veces más resistente que el acero, en
China lo utilizan como andamio”, sostiene Bernice. Por su parte, la
construcción de las bicicletas de bambú consume menos energía que las
convencionales. Además, el equipo de
trabajo planta 10 bambús por cada uno que utiliza para la construcción de
bicicletas, buscando siempre devolverle a la tierra más de lo que esta nos da.
Aparte de los beneficios ecológicos, el bambú es naturalmente flexible dando
como resultado un paseo más agradable gracias a la absorción de los impactos.
Este maravilloso emprendimiento nos demuestra que es posible
dar respuesta a las diversas necesidades socio-ambientales siempre y cuando
estemos dispuestos aportar nuestro granito de arena para transformar el mundo
en un mejor lugar para vivir.
Fuente: ética ecológica