Muchas personas podrían asegurar que su papá es ‘el mejor papá del mundo’. Sin embargo, Pablo Acuña, un hombre paraguayo sin brazos ni piernas que sacó adelante a sus dos hijas, prácticamente por sí solo, es más que merecedor de ese título.
Pablo, de 60
años, pasa sus días en una carretilla de madera, pues en el momento de su
nacimiento sus extremidades no lograron desarrollarse.
Ha criado a
sus hijas únicamente junto a doña Ignacia, su madre, de 90 años, debido a que
su expareja lo abandonó hace varias décadas.
“Cuando yo
tenía cuatro meses mi mamá nos abandonó. Ahora tengo 26 años y mi hermana mayor
29. Mi papá y mi abuela se encargaron de nosotras”, contó Élida, una de las
hijas de Pablo, al medio local ‘Crónica’.
Homenajean a Pablo Acuña, que no tiene brazos ni piernas, pero crió solo a sus dos hijas - El Comercio (Ecuador) https://t.co/8MpOzzWOX7 Isabel Rangel Barón pic.twitter.com/C63p2aaDh4
— Isabel Rangel Barón (@DeGuisos) March 3, 2021
Élida
también comentó que su papá no puede moverse solo y depende de alguien más
“hasta para ir al baño”. No obstante, puede atender al celular y manejar el
control del televisor con su nariz.
A pesar de
sus limitaciones y de que depende de otras personas en su día a día, Pablo se
ha destacado por siempre ser una persona alegre y llevar a cabo su paternidad
con esmero.
“Mi papá es
mi mundo. Él es mi amigo, confidente y es el mejor papá del mundo. Por eso dejé
mi vida en Argentina y vine a quedarme. Para poder cuidarle, porque mi abuela
ya no puede hacerlo porque ya está viejita”, dijo Élida.
Su buen
humor hace que este hombre se conserve sano, pues su hija dijo que no toma
ningún medicamento. Además, es el más alegre de sus seis hermanos.
Nació sin brazos ni piernas. Se mueve en una carretilla. Y así, solo, crió a sus dos hijas y las hizo mujeres de provecho. La historia de Pablo Acuña, un hombre de Paraguay, ha conmovido las redes sociales. pic.twitter.com/Y7BG0xNtwx
— Radio La Primerísima (@laprimerisima) April 27, 2021
“Nunca vi a
mi papá triste (...) Siempre está alegre y me da consejos muy sabios, pese a
que nunca fue a la escuela. Es una persona muy inteligente, yo le admiro”,
afirmó su hija.
Pablo lleva
varios años inspirando a la gente con su historia y, aunque está agradecido con
los que lo rodean y se considera una persona afortunada, hay un sueño que no ha
podido cumplir: comprar su propia casa.
“Nosotros
vivimos en alquiler, la dueña de la casa donde vivimos nos quiere vender, el
precio es de 95 millones de guaraníes (unos 52 millones de pesos colombianos).
Lo que nos faltan en este momento son 8 millones (4,4 millones de pesos) para
hacer realidad su sueño”, puntualizó Élida.
“Parece
poco, pero es muchísimo dinero cuando uno no tiene. Además, ahora yo ya no
trabajo, él tiene un sueldo que cobra cada dos meses, pero solo sirve para
comer”, agregó.