La patrullera de la Policía Andrea Cortés Guarín, conocida por ser la primera mujer trans en hacer parte de la Fuerza Pública en Colombia, contó su dura experiencia con los biopolímeros.
Estas
sustancias, usadas en algunos procedimientos estéticos, han sido cuestionadas
pues, para algunos expertos, no son aptas para el uso humano y afectan tejidos
y órganos generando, en ocasiones, daños irreversibles.
"Hace
como tres años tomé la decisión de colocarme biopolímeros en la cola y fue lo
peor que pude haber hecho", expresó Cortés, cuya historia fue revelada el
año pasado.
La
patrullera contó que se sometió a un procedimiento quirúrgico para retirarse la
sustancia, y se encuentra en la clínica en recuperación.
"No les
quería contar hasta que no saliera bien, para no preocupar a nadie",
señaló en sus redes sociales.
Cortés
Guarín, de 26 años, ha dicho que su meta es convertirse en una abanderada de
los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ. En esta ocasión, a raíz
del drama que ha tenido que enfrentar por cuenta de los biopolímeros, invitó a
no usarlos.
"Hay
muchas niñas que pasan por lo mismo. Es una cárcel que lleva una misma, que uno
carga y uno no le dice a nadie por el miedo al qué dirán", dijo.
Y añadió:
"Uno a veces no se quita eso por miedo a que le quede la cola deforme o la
cicatriz".
La agente
resaltó que está bien de salud, y calificó los biopolímeros como "una
bomba de tiempo" en el cuerpo.
Andrea se
graduó en enero de 2016, cuando aún no hacía su transformación, como el
patrullero Fabio Cortés Guarín, y fue designada al departamento de Cauca.
Un año
después, durante un permiso, viajó a su tierra natal, Bucaramanga, y cambió su
cédula y registro civil. Sin embargo, la Policía, en un primer momento, no
aceptó cambiar su documentación como mujer, por lo que instauró una tutela que,
en mayo de 2018, tuvo resultado en su favor.
Fuente: EL
TIEMPO