Andrea Cortés es la primera mujer trans en las filas de la
Policía Nacional quien es juzgada por presunto hurto a una droguería.
"El que nada debe, nada teme", le ha dicho la patrullera Andrea Cortés Guarín, de 26 años, a su círculo cercano con referencia a la investigación interna que le adelanta la Policía Nacional por una denuncia en la que la acusan de haberse llevado una crema sin pagar de una droguería.
Los hechos se registraron el 23 de junio, en horas de la
noche, en el centro comercial Titán Plaza, al norte de Bogotá.
Andrea Cortés es la primera mujer trans en las filas de la
Policía Nacional y, por ello, abrió
un espacio de inclusión en la Fuerza
Pública.
De acuerdo con la denuncia instaurada por la persona que
atendió a la patrullera Andrea (la noche de los hechos), señala que:
"siendo las 7:35 p.m. ingresó al local una femenina, quien portaba un
uniforme de la Policía Nacional, quien indagó por unos productos de belleza, la
misma hizo un recorrido por el local y posteriormente se acercó a la caja para
cancelar una caja de gasa y un sobre de migriñon por un valor aproximado de
$13.000 (...)".
Agrega: "En el momento cuando la señora (...) que la
atendió se retira de la caja, la femenina de nombre Andrea Cortés, según se
puede evidenciar en su uniforme, toma una crema de contorno de ojos de la caja
y la guarda en la bolsa de los productos sin cancelar, ante el descuido de la
vendedora".
De acuerdo con la denuncia, la vendedora se da cuenta de la
falta del producto - en medio del conteo cíclico - el 25 de junio y procede a
validar los registros fílmicos y relaciona a la patrullera Cortés con la crema.
La funcionaria de la droguería procede a ubicar a la
uniformada y termina denunciándola ante la Policía, la misma institución la
guía para que presente la denuncia por Fiscalía.
El próximo lunes - 4 de octubre - se desarrollará la
audiencia de fallo y se conocerá la decisión adoptada por la Policía Nacional
frente al caso.
La audiencia está citada en la misma estación de Policía
donde se realizaron las audiencias de imputación de cargos y la de descargos.
En esta última la patrullera Andrea Cortés no aceptó los cargos.
La uniformada narró que el día de los hechos llegó al lugar
con otra compañera, Policía, pero que ella estaba de civil. Andrea fue con su
amiga a adquirir unos productos que requerían.
En ese proceso, dijo la patrullera Andrea, preguntó por las
pastillas Migriñon y en ese momento ella le comenta a la vendedora que está
ojerosa y que tiene dolor de cabeza, a lo que la vendedora le ofrece una crema
de contorno de ojos de marca Eucerin que está en promoción.
De acuerdo con el testimonio de la patrullera, en la
audiencia y que conoció este diario, la uniformada narró con respecto a la
crema: "Le digo que sí, que me la llevo. (...) Entonces ella (la vendedora),
me pasa una bolsa para que yo empaque los productos cancelados. No sé si por
razones del covid ella no empacó", se lee en el documento.
De igual forma, la uniformada dijo en la audiencia que
"yo soy la que guardo en la bolsa el Migriñon y la crema, pagó y me retiro
del establecimiento".
La patrullera Andrea ha señalado a sus cercanos que ella
nunca tuvo la intención de llevarse la crema sin pagar, que jamás lo habría
hecho, porque "no es una ladrona y que su función es salvaguardar y velar
por los derechos de los ciudadanos".
Y, además, que siendo policía sabe que en esos lugares hay
cámaras de seguridad y que, además, estaba uniformada, y que su nombre está en
su guerrera de uniforme y su placa de identificación institucional.
Fuentes cercanas al proceso advirtieron a este diario que muy
seguramente el fallo que se conocerá este lunes será de destitución. Es claro
para los cercanos a la uniformada que este caso fue priorizado - porque la
investigación solo se tardó tres meses - mientras que hay investigaciones de
mayor importancia y relevancia para la Policía y la sociedad represadas desde
2017.