“Una Bruja de la Jagua me quiso ahorcar”: Historia de un Celador



"El pueblo de las brujas", así es como a nivel nacional e internacional es conocido el corregimiento de La Jagua, en el municipio de Garzón, Huila. Y eso no es solo un eslogan, según sus habitantes, las brujas de allá sí son reales y a día de hoy todavía causan terror y perturban la tranquilidad de la gente.

 

La Jagua es una población de 481 años de historia, Su título como el pueblo de las brujas nació en el año 1692 cuando una expedición de conquistadores españoles llegaron al territorio y encontraron a los indígenas practicando la hechicería, aunque realmente se trataba de un ritual ancestral que fue malinterpretado por la fe cristiana. Desde esa época empezó la leyenda, la cual se ha reforzado con el paso de los años.

 

Las brujas hechiceras hacen parte de la historia pasada y presente de La Jagua como el Centro Histórico lo es en Cartagena de Indias. Los turistas que visitan La Jagua buscan una experiencia mágica y conocer las historias de las brujas del pueblo.

 

A día de hoy, todavía los habitantes aseguran sentir que las brujas los atacan. Como es el caso de Edwin*, un vigilante del pueblo que asegura haber sido víctima de una de las tantas brujas que todavía habitan La Jagua.

 

"Yo estaba trabajando. Era bien tarde y a veces a uno lo coge el sueño, pero esa noche se sentía distinta a las demás. En la madrugada yo estaba haciendo una de las rondas, ese día estaba solo. Cuando caminé por el pasillo, sentí que algo corrió hacia mí por detrás y me agarró", relata Edwin. El joven vigilante asegura que la fuerza de lo que lo atrapó era descomunal, porque él entre el susto y el sueño casi que no se podía mover y esta cosa casi lo asfixia.

 

"Me cogió del cuello y yo intenté soltarme, pero nada. En una de esas alcancé a llevar mis manos hasta el cuello y le sentí la mano, era una bruja. Tenía sus uñas largas y mucha fuerza", asegura el muchacho.

 

Pese al terror que sentía, Edwin recordó la frase que según sus abuelos debía decir cuando una bruja lo asustara: "Mañana vienes por sal".

 

Apenas el muchacho dijo esa frase, sintió cómo lo soltaron. "Fue como quitarme un peso de encima. Volteé enseguida para verla, pero desapareció de una vez. Me dejó asustado y con sus dedos marcados en mi cuello", concluye.

 

Él explica que en el pueblo hay escepticismo con su historia, pues si bien todos creen en brujas, conocen tan bien sus modus operandi que no cree que se haya ido así sin más.

 

En la Jagua, Huila, varios habitantes aseguran que la relación que tiene el pueblo con las brujas se origina hace décadas cuando capturaron a una hechicera y la quemaron en el parque central.

 

La historia de Edwin es una de tantas que circulan recientemente por el pueblo, pues sus habitantes aseguran que desde hace algunas semanas las brujas están más activas. Incluso, algunos hombres del pueblo aseguran que no cesan los acosos de las brujas por la noche y que cuando ellas están en ese plan, no es raro despertarse con chupones en el cuello y con la ropa a medio quitar.

 

Las historias que han forjado la leyenda de las brujas en La Jagua

La mayor leyenda de las brujas en La Jagua data del año 1880, cuando una de ellas fue quemada en el parque principal del pueblo por orden del alcalde Manuel Sánchez. Esa fue la bruja que hasta ha inspirado un monumento en una de las calles empedradas del parque y su historia está registrada en el libro 'La Jagua: festival, magia y embrujo'.

 

"Otra historia es la de una bruja llamada Silvia Ordoñez, quien le hizo un maleficio a un sacerdote por el simple hecho de que se negó a bautizar a su nieto por ser hijo natural. Según las narraciones de los más viejos del pueblo, al sacerdote le salían gusanos de su boca. Incluso, la perversión de la bruja llegó a tanto que embrujó a su propio nieto, a quien le salieron chichotes de su frente y su otra abuela casi queda ciega", explica Fernando Trujillo, líder cultural de La Jagua.

 

Sin embargo, pese a estas historias, asegura Trujillo, las brujas típicas de La Jagua son las llamadas “chismosas”, unos seres que se convierten en grandes animales llamados pizcas, las cuales visitan por las noches los tejados de los jagüeros para espiarlos.

 

"Estas brujas se convierten en estos animales alados para escuchar las conversaciones familiares y luego sacarles provecho, por eso todavía mucha gente del pueblo aplica sus fórmulas para que las brujas no los atormenten después, porque a veces no solo van de chismosas", explica el líder cultural.

 

Frases como "hoy sábado -día de la Virgen- que las brujas no nos oigan" y "mañana venga por sal", son utilizadas para protegerse de ellas. Además, los jagüeros todavía suelen poner granitos de mostaza en los tejados para evitar que las brujas se posen en sus techos y los hombres se ponen los calzoncillos al revés para que las brujas no los alcancen.

 

"Esas frases -cuentan las leyendas- son claves para saber quién es la mujer convertida en bruja que nos ha visitado", precisa Trujillo.

 

La Jagua convirtió el estigma de las brujas en un negocio

Hoy en día La Jagua vive del turismo de terror a raíz de las brujas. El pueblo es muy visitado año tras año por centenas de miles de turistas que quieren conocer cómo es "vivir entre brujas".

 

"Los turistas vienen y dicen sentir terror de verdad, porque cuando llegan por las tardes las calles del pueblo se ven muy vacías, entonces piensan que el pueblo está casi abandonado. Lo que ellos no saben es que los jaguëros están bien pendientes de todo y desde las ventanas chismosas, como le decimos acá, se asoman para ver a todos los que llegan", añade el guía.

 

Los visitantes quieren conocer las historias de las brujas y dónde practicaban su hechicería, por eso uno de los sitios más emblemáticos es Las Peñas, también conocido como el Aeropuerto de la Brujas, pues es donde las brujas solían aterrizar en su forma de pizcas y hacían sus aquelarres.

 

Los jagüeros todavía tienen su prevención con el lugar y cuentan que entre sus grandes árboles de mango o las ceiba a orilla del río Suaza aún se escucha las risas de las brujas y más de uno asegura sentir cómo cuando caminan por esa zona de noche el viento arrecia y las frondosas copas de los árboles se estremecen más fuerte.

 

Durante el festival La Jagua se llena de magia y encanto con sus artesanías, gastronomía, comparsas, disfraces de brujas, música, teatro y muchas cosas más

 

"Todo esto ha hecho que La Jagua sea un sitio turístico importante en el centro del departamento del Huila, conocido también a nivel nacional e internacional por ser el pueblo de las brujas, lo que genera grandes ingresos en turismo para el corregimiento", explica Trujillo.

 

Debido a toda la cultura de brujas tan arraigada y presente en el pueblo, en octubre de cada año desde el año 2000, durante el fin de semana del día de las brujas o Halloween, se celebra el denominado Festival de Brujas, el cual desde hace 4 años va acompañado por el festival de artesanías, también relacionado con las brujas.

 

"Durante el festival, La Jagua se llena de magia y encanto con sus artesanías, gastronomía, comparsas, disfraces de brujas, música, teatro y muchas cosas más", concluye Trujillo.

 

Esta es la época más turística del año en La Jagua y los visitantes llegan por miles desde todos los lugares del mundo.

 

Por eso, el fin de semana de las brujas en La Jagua será un año más de contar historias de terror, disfrazarse de bruja y recorrer las coloridas fachadas de las casonas hechas en bahareque.

Fuente: EL TIEMPO


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