Al ingeniero Henry Liscano Parra, se le apareció el ángel de la vida en un momento crucial de su existencia. Era quizás el último peldaño que debía recorrer en el llamado ‘viaje sin retorno’, pero su apego a la vida, al servicio consagrado a los demás, sin importar su condición o estrato social, los proyectos en su mente por desarrollar y lo más importante, sus seres queridos le hicieron virar de vuelta y desde casi, el más allá, observar y avizorar a quienes con sinceridad lo han rodeado, pero también a los pocos que no tanto.
Cuando
desprevenidamente quiso contarnos a unos cuantos allegados suyos, este trance
de más de 3 o 4 horas suspendido en un entorno mucho más amable que el que
habitamos, no deja disimular la humedad en sus ojos y talvez un nudo en su
garganta y dar gracias al Eterno por permitirle estar de nuevo con nosotros.
Quienes
estuvieron muy cerca de él durante esos días y horas difíciles de superar y más
con la recaída y segunda intubación a que fue sometido, afirman que, este es un
milagro de la Divina Providencia, de Dios y de la Virgen que venera con mucho
respeto y devoción.
Un hombre
que ha vuelto a la vida, que es capaz de hablar, aún con los aditamentos
respiratorios que tenía, demuestra que para Dios no hay nada imposible y que
sólo Él, Dios, lo trajo de nuevo para continuar su tarea de servicio a los
demás, en lo público y en lo particular.
Dice que
tuvo la oportunidad de recorrer en el tiempo de allá, todas sus actuaciones,
reconocer a sus amigos y compañeros, ver las obras que emprendió en beneficio
de los más necesitados, las que por el tiempo pasado no recordaba, como las
viviendas que se encontraban en zona de riesgo en Timaná o las viviendas para
los damnificados de la avalancha de Isnos.
Así es la
vida. Y cuando hay una segunda oportunidad, que a pocos nos la ha dado Dios, el
Rey de la Creación, nos damos cuenta que no hemos hecho mucho y que el camino
por recorrer aún es largo y tortuoso.
Por su
liderazgo, “Henry Liscano es una persona útil para el desarrollo de los
proyectos sociales de las comunidades”, dijo en su momento el arquitecto Rafael
Cruz, al reconocer la gestión y ejecución de las iniciativas en cada uno de los
cargos públicos que ha desempeñado Liscano Parra.
Ha ocupado
importantes cargos de dirección a lo largo de sus casi 30 años de servicio en
la vida pública con resultados, donde ha dejado huella que le merecen el reconocimiento
de la comunidad.
Fue
subdirector del Centro de Gestión y Desarrollo Sostenible del Surcolombiano
Sena en Pitalito durante cerca de 14 años, donde lo transformó con importantes obras
de desarrollo hasta constituirlo en Tecnoparque, el primero en el país por esa
época. Hoy hay algunos en otros centros en el país.
De lo que
fue el Tecnoparque y todo su crecimiento, ahora prácticamente queda poco.
Fue
secretario de Vías e Infraestructura del Departamento del Huila por 4 años y
por su gestión, con el apoyo del gobernador y el alcalde de Pitalito Miguel
Rico, impulsó obras como:
1.
Construcción aproximadamente 20 kms de Placa huella en las vías rurales de 40
verdad del municipio de Pitalito.
2.
Construcción aproximadamente 55 kms de placa huella en el Sur del Huila.
3.
Construcción 6 kms de pavimento al Tecnoparque SENA.
4.
Construcción pavimento 5E Y salida al municipio de Acevedo en 1,5 kms
5.
Construcción de avenida a la USCO
6.
Aprobación proyecto y apoyo financiero puente el Libertador.
7.
Masificación en gas rural aproximadamente 7.000 beneficiarios
8.
Electrificación rural y urbana aproximadamente 8.500 beneficiarios.
9. Creación
y gestión para la construcción de la Escuela Nacional del Café, única en el
mundo.
Desde la
gerencia de Empitalito arrancó con el proyecto Pitalito Limpio y Bonito, la
construcción de redes de alcantarillado en barrios subnormales, acueducto al
asentamiento San Roque, ampliación y modernización de la planta de tratamiento
de agua potable, programas que transforman a Pitalito.