La banda delincuencial, que al parecer era liderada por el
abogado Cesar Alberto Sierra Avellaneda, hizo seguimientos al empresario y
caballista Arbey Vargas Trilleras, arrendó por varios días una finca para
mantenerlo secuestrado, se hospedó en un hotel con vista al almacén de la
víctima y realizó llamadas telefónicas a la familia exigiendo $500 millones. La
víctima fue asesinada el mismo día del plagio.
El plagio del hombre comenzó con una llamada telefónica que
recibió a su celular segundos después de llegar a la casa de sus padres,
ubicada en calle 13A con carrera 5E en el barrio San Andrés en Pitalito. “Llegó
en compañía de su compañera sentimental, ella se bajó del campero, ingresó a la
casa, mientras que él se quedó en el carro y pasado cinco minutos ya no es
visto”, señala la investigación.
Las investigaciones dejaron al descubierto que los
secuestradores llamaron a dos hermanos de la víctima, les mandaron una nota y
un teléfono celular. Además les
exigieron $500 millones por regresar a la víctima con vida. “Cuando la familia
solicita prueba de vida, los victimarios desisten de seguir en comunicación”,
señala la pesquisa.
Los seguimientos de la banda a los movimientos del caballista
Vargas Trilleras comenzaron el pasado 2 de junio, cuando Sierra Avellaneda y
Yonathan Rodríguez Sánchez, se hospedaron en un hotel ubicado frente al almacén
de la víctima. “Uno de los sujetos solicitó una habitación que tuviera vista
para la calle y alquilaron la habitación 208 con vista a la carrera Cuarta,
hacia el almacén Adictos Bossi de propiedad de la víctima con el fin de
efectuar desde ahí control visual y seguimiento a la víctima”, señala la
investigación.
Los videos de cámaras de seguridad analizados por los
investigadores permitieron establecer que los miembros de la banda realizaron
un seguimiento minucioso a la víctima y recorrieron los lugares donde estuvo
antes, durante y después de haber sido secuestrado.
En los videos quedó registrado, por ejemplo, que minutos antes del secuestro, 12:40, miembros de la banda van caminando sentido norte-sur por la acera del frente de la oficina ‘Arva’, propiedad de Arbey Vargas Trilleras.
Los delincuentes, al parecer, pretendieron secuestrar al
caballista cuando se encontraba en su local comercial, pero el plagio fue
abortado porque la víctima se encontraba en compañía de una empleada. “En el
video quedaron registradas las tres personas que estaban contiguo a la oficina
‘Arva’, observaron a la víctima hablando afuera con su empleada, lo que no
permitió ser abordado por estas personas cuya intención según la secuencia del
video era abordarlo en ese lugar y al ver que no hubo oportunidad se subieron de
manera rápida al vehículo”.
Los investigadores establecieron que los delincuentes conocían plenamente la rutina de la víctima y
los movimientos que efectuaba, ya que estaban en los lugares antes que ella
para tratar de ejecutar el plagio. “Con antelación se adelantaban para
verificar cómo estaba el lugar o zona para perpetuar la actividad ilícita…”.
Y es que en uno de los videos quedó registrado cuando un
automóvil blanco en el que se movilizaban los secuestradores, minutos antes de
que el caballista llegara a la casa de sus padres, el carro estaba haciendo el
recorrido por la misma vía que toma el vehículo de la víctima con destino a sus
padres en el barrio San Andrés.
En una de las cámaras de seguridad del sector, se ven
perfectamente los automóviles de los delincuentes momentos antes de abordar al
caballista frente a la casa de sus padres, segundos después el carro de la
víctima va en medio de los vehículos de los delincuentes quienes ya lo llevan
rumbo al lugar de cautiverio en la vereda Terminal. “La investigación permitió
determinar que dos hombres fueron quienes lo abordaron y perpetraron el
secuestro”.
¿Quién recibió los $80 millones?
Dos horas después del secuestro, 2:54, Vargas Trilleras llama
al celular del administrador de su almacén Adictos Bossi y le indica que le
entregara a una persona que va a ir, los $80 millones que habían guardados en
la caja fuerte del local. “El número empleado por la víctima para comunicarse
con el empleado de la tienda para entregar la suma de $80 millones es el de
Cristián Camilo Rojas Murcia”.
En la investigación se logró establecer que la persona que fue a
recibir el dinero, llevaba puesta una
gorra gris con la figura de un gallo como la que tenía Sierra Avellaneda cuando
se hospedó en el hotel frente al almacén de la víctima. “La gorra que porta la
persona que recogió los $80 millones en el almacén Adictos Bossi, es la misma
gorra gris con la figura de un gallo que tenía puesta César Alberto Sierra
Avellaneda cuando se estaba hospedando en el hotel y tomó la habitación para
hacer inteligencia a la víctima, lo que denota que es la misma persona o prestó
su gorra a la persona delegada de reclamar el dinero”, señalaron los
investigadores.
Arrendaron cabaña
Seis días antes el plagio de Vargas Trilleras, dos de los
miembros de la banda, uno de ellos el abogado Sierra Avellaneda, arrendaron una
cabaña en la finca donde fue hallado el cuerpo sin vida de la víctima.
Según la rigurosa investigación, en la tarde del 2 de junio,
alias ‘Javier’ en compañía de otro sujeto que presentó como el tío y que
terminó siendo Sierra Avellaneda, llegaron a la cabaña en un automóvil color
blanco, y preguntaron si arrendaban la casa de campo. Allí les responden que se
debe hablar con el dueño que es Jhon Fredy Grisales, quien fue contactado
telefónicamente por “Javier”, quien coordinó el alquiler inicialmente por
cuatro días por un valor de $500 mil.
El día del secuestro de Vargas Trilleras a las 8:00 de la
mañana salieron los cuatro hombres en los dos carros. “A las tres de la tarde
regresó el del tatuaje en el brazo izquierdo en un carro particular y manifestó
que ya había terminado el trabajo y esperó a los demás en la casa campo. Entre
las cinco y seis de la tarde llegaron los otros tres en el carro rojo y se
pusieron a arreglar maletas. Como a eso de las 6 llegó ‘Javier’ en el carro
blanco; el tío se reunió en la piscina con los otros cuatro; allí duraron unos
20 minutos. Y a las 7:30 de la noche todos se habían marchado de la casa
campo”.
Venganza personal
Las pesquisas e hipótesis de las autoridades apuntan a que el
secuestro de Vargas Trilleras pudo ser una venganza de Sierra Avellaneda.
Según testimonios de personas cercanas a la víctima y a
Sierra Avellaneda, los dos tuvieron negocios con relación al plan de vivienda
que adelantaría la constructora Soginco, de la cual sus socios terminaron
vinculados y procesados por el asesinato del expersonero de Pitalito, el
abogado Luis Gerardo Ochoa.
Los allegados manifestaron que Arbey le ayudó a conseguir un
apartamento en el mismo conjunto en el que él vivía a Sierra Avellaneda.
“Salían a montar bicicleta y asistían a reuniones familiares, sin embargo el
negocio comercial no funcionó toda vez que esta constructora tuvo inconvenientes
con sus clientes…”, dijo uno de los testigos a los investigadores.
Agregó que la víctima Arbey Vargas había entregado a la
constructora en materiales como recebo, ladrillos y arena la suma de $80
millones, dinero que no logró recuperar, ya que los socios de Soginco fueron
capturados por el homicidio Ochoa y terminó la amistad con Sierra Avellaneda
“en términos no muy buenos”.
Indicó que después que se desapareció Arbey, la empleada que
trabajó con los dos indicó que César Sierra y Arbey tuvieron problemas por una
silla de montar a caballo, tres bicicletas, un cuadro o pintura, entre otros
elementos, que César estando en la cárcel le pidió el favor a Vargas para que
se los guardara. La víctima los vendió y se quedó con el dinero por una deuda
que César le tenía a él, lo que disgustó al propio César Sierra.
Roles de los capturados
En desarrollo de las pesquisas, los investigadores lograron
determinar que César Alberto Sierra Avellaneda, al parecer, fue el que lideró
el secuestro y desaparición de Arbey Vargas Trilleras. “Coordinó, planeó y
ejecutó las diferentes actividades criminales”.
Jorge Gamboa Barrera, alias ‘Choro Gil’, fue uno de los
delincuentes que hizo seguimiento antes, durante y después a la víctima. “Fue
una de las personas que lo abordó y lo retuvo”.
Brayan Stiven Rojas Macías, alias ‘Mayordomo’, es el
administrador o mayordomo de la finca a donde trasladaron a Arbey Vargas
Trilleras el 8 de junio de 2021 a la 1:10 p.m., “Participó activamente en la
actividad ilícita”.
Cristian Camilo Rojas Macías, alias ‘Flaco’, tenía
conocimiento del lugar de retención Arbey Vargas. “Participó activamente en la
actividad ilícita”.
Tomado de: La nación