Mitchell, de 36 años, creció en una
familia conservadora de cristianos bautistas, pero desde muy temprana edad
tenía claro que quería ser ‘stripper’.
“Siempre quise ser ‘stripper’, pero,
desde joven, me hicieron creer que mis deseos y cuerpo eran pecaminosos y
malos”, dijo la estadounidense al ‘New York Post’.
En el 2011, ella y su ex esposo
asistieron a una iglesia que aceptaba la igualdad de género y la promovía en
sus discursos. La mujer comenzó a charlar con los líderes sobre el tema y, en
el 2016, ya se había convertido en pastora.
“Uno de los líderes me ofreció ser
pastora y acepté. Era lo que había soñado durante años: estar en un escenario
frente a miles de personas”, le dijo al mismo medio.
Sus padres no estaban de acuerdo con
esta decisión, ya que, según ellos, las mujeres deben realizar las tareas del
hogar y estar pendientes de la familia. No obstante, su ex esposo y sus tres
hijos la apoyaron.
Había sido un año bueno para ella y
había logrado un posicionamiento importante dentro de su comunidad, pero el
2016 todavía la iba a sorprender más: una obra de teatro a la que asistió le
ayudó a darse cuenta de que se identificaba como bisexual.
"Sabía que si revelaba mi
naturaleza lo perdería todo, ya que la iglesia no da la bienvenida a las
personas Lgtbiq+".
En consecuencia, renunció a su rol de
líder religiosa en el 2017 y publicó un video en YouTube hablando sobre su
sexualidad.
Mitchell comenzó a sentirse atraída
por el modelaje de lencería en Instagram, así que se inscribió en una clase en
la que tuvo la oportunidad de hacer una sesión de fotos desnuda.
Lloré porque nunca me había sentido
tan santa y sagrada en mi vida. Nunca me sentí tan sexy y liberada como en esa
ocasión
Luego de esa experiencia, creó una
cuenta en la plataforma OnlyFans, en el 2019, y en junio de ese mismo año se
separó de su esposo y se fue a vivir con sus tres hijos a Los Ángeles, EE. UU.
“Empecé muy tímida. Solo subía fotos
sin brasier, pero ahora estoy en un punto en el que hago fotografías y videos
personalizados”, comentó . “En marzo del 2020, me iban a pagar varios miles de
dólares por tener sexo con alguien, pero luego llegó el coronavirus y eso se
canceló”, agregó en su charla con el ‘New York Post’.
Ahora, además de ser ‘stripper’, se
convirtió en ‘coach’ de vida y ofrece diferentes cursos sobre sexualidad, éxito
económico y autoestima en su página web.
“Cada persona tiene derecho a
expresarse de la manera que le parezca bien, mi sexualidad es increíblemente
sanadora y sagrada. Y cuando le doy este regalo a la gente, se bendicen",
concluyó al medio estadounidense.