Luego de llamar a su hija a desearle un feliz cumpleaños, se tiró de un piso 17

Un venezolano murió el martes 1 de febrero al lanzarse de un piso 17 del edificio de Puerto Santa Ana, en Guayaquil, Ecuador, luego de cuatro horas de intenso diálogo con bomberos que trataron de evitar el fatal desenlace.

A las 4:50 de la madrugada los vecinos escucharon un estallido, era una ventana que el hombre había roto para sentarse en el marco de ella. “Estuvo leyendo la Biblia desde la madrugada”, contó un hermano.

El hombre había tenido diferencias religiosas con su familiar, pero jamás había mostrado una conducta suicida. Sin embargo, cuando llegaron los bomberos al último piso, la víctima estaba encerrado en su habitación, asustado. Con cuchillo en la mano y un tenedor en la otra amenazaba para impedir que lo rescataran.

En el diálogo-negociación con los bomberos, el hombre accedió a tomar agua de una botella, pero seguía amenazando a los paramédicos que querían curarle las heridas que le provocó la ruptura de la ventana. Llamó por teléfono a su familia que reside en Venezuela y se despidió de su hija que cumplía años.

Hamilton Flor, teniente de la División de Psicólogos del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, contó que el hombre no tenía respuestas lúdicas y cuerdas. “Hablaba mucho de la palabra de Dios y el resultado final fue no darle la contención completa. La intervención fue complicada porque no se pudo llegar a establecer qué era lo que deseaba el ciudadano”.

Al final, después de cuatro horas de tensión, “ya ni siquiera nos amenazó”, contó el mayor Jorge Montanero, del Cuerpo de Bomberos. Eran las 9:56, el hombre entró por unos pocos segundos, mientras los policías ya descendían para agarrarlo, pero él se percató del intento de rescate y se lanzó al vacío.

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