Encontraron que la piel del miembro del individuo, de 35
años, estaba muerta, se tornó de color negro y liberada una secreción
maloliente. El paciente admitió que se inyectó cocaína en la vena dorsal del
pene.
Asimismo, confesó que era un adicto a las drogas por vía
intravenosa y que decidió inyectarse cocaína a través de su aparato
reproductor, al no tener más lugares en su cuerpo para hacerlo.
Ante dicha situación, los médicos le administraron
antibióticos y su estado mejoró “lentamente”; sin embargo, el paciente se negó
a someterse a una cirugía con el objetivo de cortar el tejido muerto.
“Su condición clínica mejoró, pero se negó a recibir
tratamiento de rehabilitación de drogas y luego se perdió el seguimiento”,
indicó el hospital BronxCare.
De acuerdo con la revista científica American Journal of Case
Reports, medio que dio a conocer este caso, la cocaína generalmente se inhala,
pero en casos extremos, los consumidores regulares que han desarrollado un
mayor nivel de tolerancia pueden llegar a inyectarse el estupefaciente.
Los galenos no investigaron a fondo cómo la inyección de la
droga dañó el pene del hombre, pero podría ser porque usó una aguja contaminada
o dejó una herida punzante, lo que posiblemente provocó una infección.
“Es importante que el médico aconseje a los usuarios activos
de drogas intravenosas sobre las posibles complicaciones de inyectarse drogas
en sitios de inyección atípicos y peligrosos”, concluyó la revista científica.