Debido a que se necesitaba una alta nota en el examen de
admisión, Libia le pidió a su nieto, de 19 años, “que estudiara mucho" e
"hiciera su parte".
"Y le prometí que si aprobaba me haría un tatuaje. Ni a
los 20 ni a los 90 me imaginé que me haría un tatuaje. Eso fue porque lo
prometí, y las promesas tenemos que cumplirlas", contó ella a un medio de
comunicación.
La abuelita se mandó a hacer una imagen de Nuestra Señora de
la Concepción Aparecida, de la que es muy devota, y a quien pidió para que el
nieto pudiera cumplir su sueño.
Contrario a lo que se pudiera pensar, la mujer disfrutó la
experiencia. “No sentí ningún dolor. Mis hijas fueron conmigo, estaban todo el
tiempo hablando, sonriendo. Veo gente en la televisión afirmando que les causó
mucho dolor, pero cada una lo siente de una manera diferente. Unos sufren más,
otros menos. Yo no sentí nada", aseguró.
Además, quedó encantada con el resultado. "Gracias a
Dios, quedó muy lindo. Lo hice en el brazo", explicó.
Debido a que cuando entre a la universidad Pedro tendrá que
irse a vivir a otro estado, el futuro médico deberá ahora cumplirle una promesa
a su abuela: visitarla con frecuencia.