Según Mirror, el helio causó lesiones cerebrales mortales en
el pequeño, que fue declarado como fallecido en el hospital Temple Street, de
Dublín, capital de Irlanda.
Hilary McSweeney, su mamá, aseguró que, antes de morir, el
niño había estado solo en su habitación mientras jugaba y miraba videos en las
redes sociales.
Ella se dio cuenta de que algo andaba mal cuando lo llamó y
no respondió. Afirma que, cuando subió al cuarto, lo encontró boca abajo en el
piso, sin dar señales de vida y con el globo de cumpleaños rodeando su cabeza.
En ese momento, lo tomó en sus brazos y lo acostó en el
jardín para que recibiera aire fresco. Posteriormente, llamó a los paramédicos.
Supo que estaba en “problemas” cuando los rescatistas no
paraban de brindarle atención.
Minutos más tarde, lo subieron a una ambulancia y lo trasladaron
a un centro médico, en el que le dijeron que había fallecido a causa de un paro
cardíaco.
“Era obvio que su cerebro estaba muy dañado y estaba con
soporte vital. Sabía que Luke estaba muerto en ese momento y la máquina lo
mantenía con vida", contó la mujer.
Al día siguiente, los médicos les pidieron a los familiares
del niño que se despidieran, pues su situación ya era crítica.
La progenitora se acostó en la camilla con la manta favorita
del pequeño y su osito de peluche para darle el último adiós: “Me sentí
entumecida, con el corazón roto y con un dolor que no puedes imaginar”.