"Marcela no se suicidó, a ella la mataron" hermana de patrullera muerta en Bogotá

Los familiares de la mujer policía boyacense, aseguran que dudan de que se trate de un suicidio, e indican que la escena del crimen se habría alterado.

Los seres queridos de la joven patrullera que se habría suicidado esta semana en Bogotá, exigen que haya una investigación rigurosa para esclarecer el hecho.

La familia de la joven patrullera de 22 años, Ludy Marcela Granados Arias, oriunda de Tunja (Boyacá), ya había sido advertida por la uniformada de que al parecer había sido víctima de acoso por un superior, en la sección en la que trabajaba antes. Además, se encontraría abrumada por otros jefes.

Recordemos que Ludy Marcela se habría quitado la vida con su propia arma de dotación, el pasado martes 29 de noviembre, en la sede de la Unidad de Delitos contra la Fe Pública de la Fiscalía en Bogotá, y según lo que reposa en el informe preliminar del caso, aunque sus compañeros intentaron auxiliarla, llego sin signos vitales a la Clínica Méderi.

Hoy, después de haber recibido el cuerpo de Ludy Marcela en Medicina Legal (cuyo resultado de peritos siguen esperando), su familia afirma que la patrullera no tenía ningún tipo de problema relacionado con depresión o enfermedades mentales, y exigen una exhaustiva investigación, para determinar todas las claridades alrededor de la muerte de la uniformada, pues nada encaja para ellos, y sospechan que habría situaciones muy graves alrededor.

Yuliana Granados, hermana de Ludy Marcela, aseguró que estarían frente a un caso de acoso laboral dentro de la institución.

“La escena del crimen está aparentemente alterada, yo creo que están tratando de encubrir el hecho de que mi hermana no se suicidó, sino que a mi hermana me la mataron. Y la persona que mató a mi hermana, fue un superior de ella, estoy 100% segura, porque ella ya nos había informado de que estaba muy preocupada porque a ella ya la habían trasladado del servicio anterior, por acoso laboral de parte de uno de sus superiores, y allí, la tenía muy afectada la presión a la que está siendo sometida para responder por muchas tareas que humanamente no era capaz de cumplir con todas esas exigencias. Muchas veces sus turnos eran excesivos, y esperamos que sobre eso la policía también nos rinda cuentas”, puntualizó Yuliana Granados.

Se preguntó: “por qué razón, quitaron el proveedor de las balas de la pistola con la que supuestamente mi hermana se suicidó. Quién estuvo en el lugar del crimen, por qué cogieron el arma, por qué intervinieron en el lugar donde la encontraron. Por qué la sacaron de esa fiscalía, y la llevaron a un centro asistencial, si lo que tenemos en conocimiento es que ella ya estaba muerta cuando la encontraron y entonces quien debía ingresar a hacer actos urgentes era el personal del CTI y la SIJIN, entonces por qué no se hizo así el procedimiento, está viciado, y tenemos muchas preguntas, muchas dudas que nos tienen que esclarecer las autoridades competentes, y creemos y confiamos en que la justicia determine todos los detalles de las circunscritas reales de la muere de mi hermanita”.

Destacó que Ludy Marcela, nunca antes había manifestado conductas de alerta: “ella no era una persona con mentalidad suicida, al contrario, ella era una niña juiciosa, dada a su trabajo y a su familia, para nosotros fue una terrible sorpresa, porque Marcela amaba la vida que tenía, aun con las dificultades que su trabajo le representaban”.

Por eso, los familiares de la patrullera Granados, “exigimos que todo lo esclarezcan para que el culpable o los culpables verdaderos salgan a la luz pública. Los policías no pueden estar subyugados y destruidos emocionalmente, ningún trabajador, como evidentemente destruyeron a mi hermana”.

Mientras tanto, y como si se tratara de un rompecabezas, las autoridades encargadas de la investigación, juntan todas las piezas para tratar de entender qué pasó en las últimas horas de vida de Ludy Marcela, a quien encontraron sentada en una silla con una herida de arma de fuego en su cabeza.

El caso, también ha llamado la atención sobre las cifras de problemas de salud mental en la Fuerza Pública.

Según la Procuraduría, dentro de la Policía Nacional ya se han detectado al menos a 92.691 uniformados que padecen problemas de salud mental (de los 110.259 miembros de esa institución), y en todas las Fuerzas Públicas, 12.836 personas (de las de 641.824 que hacen parte de esas instituciones) presentan trastornos y episodios de comportamiento de salud mental, según lo reveló Diana Ojeda, procuradora delegada para el trabajo y la seguridad social de la Procuraduría General de la Nación.

Artículo Anterior Artículo Siguiente

نموذج الاتصال