Los vecinos del barrio Honorio del municipio de Mariquita, en
el departamento de Tolima, no salen de su asombro tras la captura de una de sus
vecinas: una mujer de nacionalidad venezolana que resultó ser una despiadada sicaria
que se disfrazaba de hombre para ultimar a sus víctimas.
El operativo adelantado por integrantes del Cuerpo Técnico de
Investigación de la Fiscalía General de la Nación y la Sijín de la Policía
Nacional hizo posible la detención de esta joven de 23 años, quien es conocida
con el alias de La Negra, que contaba con una orden judicial en su contra por
parte del Juzgado Sexto Penal con Funciones de Control de Garantías de Ibagué.
Todos los crímenes de alias La Negra fueron ejecutados en el
municipio de Ambalema, localizado en la zona norte del Tolima en límites con el
departamento de Cundinamarca. Uno de ellos es el de Jean Carlos Morales Poveda,
un hombre de 32 años que era consumidor de estupefacientes y a quien conocían
como Papo, que se encontraba en una zona llamada La Pista, en la vereda
Chorrillo; esta mujer se acercó y le disparó en repetidas ocasiones para luego
abordar la motocicleta y huir por la ruta del kilómetro 96. Al parecer, todo se
debió a la disputa por el control territorial en la comercialización de
sustancias estupefacientes en esa región del Tolima.
Entre sus víctimas también está Darwin Ferney Rodríguez Chavarro,
conocido con el alias de Pitufo, a quien La Negra lo mató de varios disparos en
la cabeza cuando estaba en un parque infantil jugando con su esposa y su hijo.
A pesar de que alcanzaron a llevarlo con vida al hospital San Antonio de
Ambalema, finalmente falleció por la gravedad de las heridas.
Ante esta macabra efectividad, alias La Negra al parecer fue
contratada para acabar con la vida de Diego Fernando Arbeláez Nieto, al que conocían
como El Gato. El hombre que se dedicaba al oficio de tatuador se encontraba con
varios amigos en la vía Ambalema-Cambao, justo en la intersección con la
carretera nacional, en el kilómetro 96, cuando esta despiadada criminal lo
atacó con arma de fuego y le causó la muerte de inmediato. La investigación
reveló que a la sicaria le habrían pagado dos millones de pesos por este
crimen, el cual estaría relacionado con temas pasionales.
El 23 de octubre la huella de muerte de la mujer venezolana
de 23 años tocó a Daniel Felipe Barreto Martínez, un mecánico que estaba
tranquilo en su casa disfrutando de una tarde de domingo. La Negra amenazó a un
menor que se mueve en el mundo delincuencial del tráfico de estupefacientes y
que conocía a la víctima para que lo convenciera de salir un rato al parque.
Allí aprovechó para acercarse sigilosamente y después dispararle varias veces.
A Barreto lo llevaron malherido al hospital San Antonio y luego lo remitieron
al Federico Lleras Acosta de Ibagué, pero no logró sobrevivir.
La lucha por el control territorial del microtráfico llevó a
esta joven a asesinar también a César Augusto Castellanos Carranza. El 11 de
julio este hombre de 40 años caminaba por las calles del barrio Villa Eduardo
en Ambalema cuando de repente apareció La Negra para propinarle cinco impactos
en la cabeza y el tórax que no dieron ninguna oportunidad de salvarlo.
Únicamente hubo una persona que pudo sobrevivir a los ataques
despiadados de esta mujer que se convirtió en una auténtica máquina de matar;
se trata de Luis Antonio Guzmán Alzate, quien tuvo un altercado con un conocido
de la joven extranjera. En medio de la riña que se generó, La Negra no dudó ni
un segundo en sacar su arma y dispararle a quemarropa en varias ocasiones.
Guzmán pasó muchos días en el hospital y le fueron practicadas múltiples
cirugías, pero finalmente salió adelante y se recuperó plenamente para declarar
contra esta pistolera.
De acuerdo con la información entregada por la Fiscalía, La
Negra lloró desconsolada cuando la capturaron y no aceptó ninguno de los cargos
imputados, pero un juez decidió enviarla a prisión por los delitos de homicidio
agravado, instrumentalización de menores de edad para la comisión de delitos,
homicidio agravado en grado de tentativa y tráfico, fabricación o porte de
armas de fuego, accesorios, partes o municiones.