Luis Alfredo Garavito “La Bestia” que abusó y asesinó a más de 140 niños tiene cáncer de ojo



Luis Alfredo Garavito, conocido como 'la Bestia', abusó y asesinó a decenas de menores de edad en once departamentos de Colombia. Por la gravedad de sus crímenes, está en la cárcel de Valledupar, donde recientemente fue grabado y fotografiado. Con los años, su estado de salud ha ido decayendo.

En 2001 fue condenado a 1.853 años y 9 días de prisión. Sin embargo, la pena por los vejámenes cometidos contra alrededor de 140 menores fue rebajada por considerarse inviable y quedó en 40 años.

Desde principios del siglo permanece tras las rejas. Ha pasado sus años dentro de la cárcel de Valledupar, conocida popularmente como La Tramacúa, centro penitenciario que alberga a otros temidos criminales.

 

¿Cómo luce Luis Alfredo Garavito en la actualidad?

Dentro de la cárcel de máxima seguridad, recibió al periodista Rafael Poveda, quien lo entrevistó varias veces para una serie de libros. Se le vio con un aspecto cambiado, pues tiene leucemia (cáncer en la sangre) y cáncer de ojo. Aunque los encuentros se produjeron en los últimos años, las imágenes hasta este 2023 se han hecho públicas como parte del lanzamiento de los textos.



El hombre que se disfrazaba de sacerdote, granjero, anciano, vendedor ambulante, indigente, entre otros, para atraer a niños y jóvenes entre los ocho y 16 años de edad, ahora con 66 años viste el traje de preso.

Ha perdido bastante peso mientras el cáncer avanza. Su ojo izquierdo ya está completamente cerrado. Vale decir que el cáncer ocular puede propagarse a otras partes del cuerpo cuando hace metástasis.


Pese a ello, el depredador sexual mantendría ágil su mente. "Es una persona absolutamente astuta, con don de palabra, muy hábil, con gran nivel de convencimiento. Así convencía a sus víctimas", reveló Poveda tras sentarse con él por varias horas.

Garavito sembró el terror durante siete años a lo largo del territorio nacional y, según los registros, logró pasar por 13 departamentos antes de su captura. “Yo sentía un impulso, nunca planeé un hecho así. Todo sucedía de repente”, comentó en sus declaraciones.

El 22 de abril de 1999, mientras intentaba abusar de un menor de edad, un habitante de calle que transitaba por la zona alertó a las autoridades sobre los hechos y comenzó a tirar piedras sobre Garavito para evitar que este abusara del niño.

Después de que este menor fuera trasladado a una zona segura, los agentes se llevaron a Garavito, quien intentó usar un nombre falso para disuadirlos. Sin embargo, el 20 de julio de ese mismo año, las autoridades relacionaron crímenes pasados y lo identificaron como tal.

Tras ser capturado e interrogado por las autoridades, negó, inicialmente, ser el autor de los 114 crímenes. Las autoridades comenzaron a mostrar las pruebas en su contra, entre ellas las cuerdas con las que ataba a los niños, restos de su ADN en los cadáveres, además de una botella de brandy vacía, siempre de la misma marca.

"Aquí enterré todos los cadáveres”, señaló en un mapa luego de escuchar el estudio detallado de su modus operandi y tomar la agenda en la que documentaba sus crímenes. Uno por uno desglosó las fechas, las ciudades, cada palito escrito al lado y el número de niños que se encontraba en el lugar.

“Pido perdón a Dios, a ustedes y a todos aquellos a quienes yo haya hecho sufrir”, espetó durante la confesión.

Tomado de EL TIEMPO


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