La diocesis de Garzón ha dado un paso significativo en su misión de difundir el Evangelio al establecer la Parroquia Santa Marta en Pitalito, un proyecto que responde a las crecientes necesidades espirituales de una comunidad que supera los 125,000 habitantes. Esta decisión fue formalizada mediante el Decreto Diocesano No. 092 el 25 de noviembre de 2007, bajo la guía de Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez. La iniciativa de crear esta nueva parroquia surgió del Presbítero Juan de Dios Pérez Medina, quien, en su labor como párroco de la comunidad El Divino Niño, identificó la necesidad de un espacio de evangelización más accesible para los fieles. Su propuesta fue bien recibida por el Señor Obispo, quien reconoció la importancia de acercar la fe a un mayor número de personas en la región. El proceso de formación de la Parroquia Santa Marta comenzó con el Presbítero Humberto Orozco Palomares, quien gestionó la adquisición del lote donde se construiría la capilla. Gracias a su dedicación y al apoyo del Obispado, la nueva parroquia se fundó en honor a Santa Marta, un símbolo de hospitalidad y cercanía a Jesús, hermana de Lázaro y María.El 22 de enero de 2008, el Presbítero Leyber Cantillo Gaviria fue asignado como el primer párroco de la comunidad, y su posesión, efectuada el 27 de enero, fue celebrada con alegría por los feligreses, quienes veían en este nuevo espacio una bendición, especialmente para los sectores más marginados de la ciudad.Desde sus inicios, la Parroquia Santa Marta ha servido a aproximadamente 9,000 habitantes, distribuidos en 9 barrios urbanos y 9 veredas rurales. La comunidad está formada por un 80% de católicos practicantes, un 20% de católicos alejados y un 10% de personas de otras congregaciones religiosas. Pese a esta diversidad, la parroquia se ha consolidado como un lugar de encuentro y diálogo, promoviendo la fe y el desarrollo integral de la comunidad.La creación de la Parroquia Santa Marta representa un compromiso renovado de la Iglesia Católica en Pitalito, buscando no solo atender las necesidades espirituales de sus fieles, sino también fomentar un ambiente de colaboración y crecimiento comunitario.