Las cinco razones del empate entre Nacional y River

1. Falta de contundencia de Nacional: el equipo de Juan Carlos Osorio no supo aprovechar la superioridad que mostró en el primer tiempo y se fue con el 1-0 al descanso. Para el segundo tiempo, River Plate mejoró su planteamiento y no dejó que el conjunto verde dominara el juego. El equipo de Medellín propuso un juego bastante ofensivo en la primera mitad, tuvo el balón, manejó los tiempos y arrinconó a su rival argentino, pero ese dominio no lo pudo hacer valer en el marcador, que es corto para definir la serie en el Monumental.


2. Cardona, desaparecido: el volante de Nacional tuvo una buena presentación en el primer tiempo, pero luego se apagó y no se vio más en el partido. Fue quien hizo el primer remate para empezar a inquietar al arquero Barovero, hizo pases filtrados y generó buenas jugadas, pero después del descanso desapareció del Atanasio Girardot y su presencia, que daba para figura en los primeros 45 minutos, no se notó.


3. Delanteros sin chispa: el único artillero que le funcionó a Nacional en el partido de este miércoles fue Orlando Berrío, porque ni Jonathan Copete ni Luis Carlos Ruíz inquietaron el arco del arquero Barovero con precisión. Copete se vio errático cuando trató de definir, mientras que Ruiz tuvo poca presencia para darle mayor apertura y contundencia al equipo antioqueño.


4. El plan le salió a River Plate: Los argentinos salieron a esperar en el el primer tiempo. Tal vez parte de su estrategia, o porque los jugadores tenían el ‘famoso’ miedo escénico, pero se notaron inseguros y sin ideas. Pero su intención era esperar, claro, la obligación de ganar y por muchos goles si fuera posible era de Nacional. Se acabó el primer tiempo y Marcelo Gallardo ajustó algunas ‘tuercas’ en su equipo y sí que lo demostraron. Tres llegadas en los primeros cinco minutos del complemento dejaban ver lo que estaba por venir.


El empate fue inminente, la falta de contundencia de Nacional permitió que a River Plate, que también falló un par de jugadas, le saliera su estrategia y en Buenos Aires esperará a un Nacional, en su estadio, ante más de 60.000 espectadores, un escenario contra el que Nacional deberá batallar.


5. Un duelo parejo: el empate es la evidencia de un enfrentamiento parejo. Nacional no aprovechó las oportunidades que tuvo y River Plate tampoco hizo lo mismo con las suyas. Fue un partido que dejó un tiempo para cada uno, cualquiera de los dos pudo ganarlo, pero el empate es justo juez para una final equilibrada, en la que no hubo un dominador y que deja un panorama incierto para el partido de vuelta en Buenos Aires.


ESTEBAN NOGUERA y CAMILA ESPINOSA
Redactores de EL TIEMPO

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