La dura condena que impuso la justicia indígena a hombres señalados por muerte de comunicador





Se trata de ocho sujetos involucrados en la incursión armada al resguardo Pioyá, de Caloto, Cauca, ocurrida en la madrugada del pasado 5 de marzo.

Tras ser sometidos a un ritual de armonización, los hombres, disidentes de las FARC que la guardia indígena capturó, fueron condenados a varios años de prisión por la Asamblea.

Tres de ellos fueron hallados responsables de asesinar al comunicador indígena Eider Campo y sentenciados a 40 años de cárcel.

Quienes portaban uniformes y armamento recibieron una pena de 30 años y, por complicidad, otros dos fueron condenados a 20.

"Esto nos fortalece más, nos da mucha más fuerza para seguir haciendo este ejercicio de control territorial, para pervivir como pueblos indígenas por siempre", expresó Ovidio Hurtado, gobernador de Pioya.



De acuerdo con las costumbres y legislación propia que rige en la población, la comunidad nativa determinará el castigo que impondrá a estas ocho personas.
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Para este juicio, la Fiscalía y Medicina Legal aportaron elementos técnicos que tuvo en cuenta la comunidad para establecer las condenas de estos exguerrilleros.

"Por un comunicado que hace las mismas FARC, en los espacios territoriales de capacitación y reincorporación, tres de estos indígenas habían estado en esta zona vereda de Caldono, Cauca, como desmovilizados y los otros integrantes capturados eran disidentes", dijo Leonardo Vergara, director seccional de la Fiscalía.

Las armas decomisadas a los condenados, de acuerdo al mandato de la comunidad, fueron destruidas. Por su parte, los ocho hombres fueron trasladados hasta la cárcel de mediana y alta seguridad de Popayán.
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