La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA),
determinó que las aguas de la ciénaga de Palagua, considerada como la segunda
en importancia ecológica de Boyacá después del lago de Tota, están contaminadas
con fenoles (producto derivado del petróleo), y no son aptas para el consumo
humano.
La tragedia ambiental en la ciénaga, ubicada en la
jurisdicción del municipio de Puerto Boyacá, por la contaminación generada tras
la ruptura de las tuberías de las empresas petroleras que explotan el
hidrocarburo en el Magdalena Medio, atraviesa las fincas que quedan en la zona
de influencia de la reserva natural de agua.
Cientos de peces, ganado y aves han muerto atrapadas en el
crudo que se mezcla con el agua de la ciénaga así lo dijo en RCN Radio Wilson
Valencia propietario de la finca El Desquite, situada en la vereda Campo
Palagua, zona de influencia de la explotación petrolífera de Ismocol, la
empresa contratista de Ecopetrol, que se encarga del proceso.
“Hace aproximadamente 15 años se han venido registrando unos
vertimientos y derrames de hidrocarburos en los drenajes que conducen a la
ciénaga de Palagua. Cada vez que hay un derrame de crudo, se van a nuestras
praderas, hacen un lavado y por gravedad van a dar a nuestros drenajes”.
La finca el desquite es una de las más afectadas del sector,
puesto que tiene 115 pozos petroleros de Ecopetrol, que están siendo operados
por trabajadores de Ismocol.
“Cuando uno va a la finca, se observa como el crudo se está
desplazando por el subsuelo, hacia los drenajes de la ciénaga de Palagua”.
Valencia afirmó también que según un estudio desarrollado por
la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA, el agua de la ciénaga no
es apta para el consumo humano
“La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales no dice que a
través de unos análisis que han venido haciendo, que las aguas de las ciénaga
de Palagua están contaminadas con fenoles y que no son aptas para el consumo”
sostuvo el líder de la zona.
Muerte de animales
Intoxicación crónica, problemas pulmonares y cardíacos se
generan en los animales que toman del agua contaminada por el crudo y
finalmente mueren, así lo reveló también el propietario de la finca ‘El
Desquite’, quien ha visto morir varias reces al igual que peces y aves por la
forma en la que el petróleo se está tragando según él, la ciénaga.
“A parte de la contaminación y de la muerte de peces, esas
aguas contaminan al ganado, cuando la toman hemos tenido problemas de
intoxicación y aunque hemos acudido a los veterinarios de la región, no ha
habido nada que hacer, los animales se mueren”, dijo Valencia.
Así empezó la fiebre del petróleo en la región
En 1954 llegó a Puerto Boyacá la multinacional Texas
Petroleum Company e inició la explotación petrolera hasta 1988, posteriormente
Ecopetrol asumió la extracción hasta el 2001, la multinacional colombiana firmó
un contrato con la Unión Temporal Ismocol Joshi Parko –IJP para que se
encargara de extraer el hidrocarburo y 17 años después, continúa con la
actividad al igual que la empresa Mansarovar Energy Company.
Habitantes del municipio pidieron a las autoridades
nacionales intervenir para garantizar que, la contaminación de la reserva
ecológica más importante de Boyacá, después del lago de Tota no sea devastada en
su totalidad por la fiebre del petróleo.