El exclusivo hostal, erigido en el corazón del desierto
La Tatacoa, podría cerrar sus puertas, ante los impactos negativos que está
generando en este rico ecosistema y destino turístico de talla mundial
Bethel, el exótico complejo hotelero construido en el
corazón del desierto La Tatacoa, está generando graves afectaciones
ambientales, que pueden poner en riesgo su permanencia en este destino
turístico de clase mundial.
La actividad hotelera donde se prestan los servicios de
alojamiento, restaurante y piscina, no se enmarca dentro de los usos permitidos
en una zona de en la zona de restauración ecológica.
“Por el contrario, genera impactos ambientales negativos que
van en contravía de los objetivos de conservación y de los usos permitidos”,
aseguró Oscar Daniel Pajoy, ex director territorial Norte de la Corporación
Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM).
Además, “el hotel Bethel no cuenta con los permisos
ambientales para el desarrollo de sus actividades, como concesión de aguas
superficiales y permiso de vertimientos para aguas residuales domésticas”.
Los dueños del complejo turístico son investigados por
varias infracciones, entre otras, captación y uso ilegal de agua y alteración
directa en la regulación hídrica de la zona ya que capta el precioso líquido
desde el nacimiento, interfiriendo su tránsito hacia sus afluentes.
Además, por alterar la calidad del agua de los drenajes
naturales y las aguas subterráneas por las descargas de aguas residuales
provenientes del complejo.
La construcción, ocasionó la “desaparición por el uso y
aprovechamiento indebido del árbol de pela, una especie forestal endémica
típica del desierto, utilizada para las adecuaciones del sitio de
recreación y hospedaje. El hotel promovido inicialmente por Comfamiliar,
terminó en otras manos.
Las denuncias
Las investigaciones se originaron por varias denuncias que
formularon entre otras, Carolina Riaño Amaya y Helena Borrero.
La Procuraduría Regional inició en diciembre de 2012, una
acción preventiva por una supuesta concesión otorgada a Comfamiliar
del Huila para “16 ojos de agua en el desierto para construir piscinas
privadas.
Rey Ariel Borbón, entonces director de la CAM, negó que
Comfamiliar estuviera tramitando los permisos. En cambio, confirmó que un
asesor y contratista de la entidad, estaba impulsando el mismo proyecto. Por
estos hechos, la CAM adelanta actualmente dos procesos sancionatorios por
presuntas infracciones ambientales.
“En este caso, tenemos unos procesos sancionatorios en
curso. Están en un proceso avanzado, en la fase probatoria, se han adoptado
medidas preventiva y en su momento emitiremos la decisión final, debidamente
fundamentada en derecho, ajustado al debido proceso”, anunció el director de la
CAM, Carlos Alberto Cuéllar.
Procesos sancionatorios
En el 2015 se inició un proceso sancionatorio durante la
fase de construcción que terminó con la suspensión de la obra.
Otra medida preventiva adoptada mediante Resolución 015 de
2016, la autoridad ambiental le ordenó al arquitecto Frank Corredor Rincón, uno
de los propietarios, la suspensión inmediata de las actividades hoteleras.
Asimismo le ordenó la suspensión inmediata de la captación y
usos del recurso hídrico, los vertimientos de aguas residuales, el uso y
aprovechamiento de la especie forestal y la inadecuada disposición de los
residuos sólidos domésticos y hospitalarios.
La medida preventiva, de ejecución inmediata, fue expedida
el 5 de enero de 2017, por el entonces director territorial Norte Oscar Daniel
Pajoy.
El 19 de enero del mismo se inició el proceso sancionatorio
notificado también al alcalde del lugar Yofran Aris Pacheco, encargado de su
ejecución.
Sin embargo, las medidas no se han cumplido aunque las
medidas son de carácter preventivo y transitorio, surten efectos
inmediatos y se aplican sin perjuicio de las sanciones a que haya lugar.
Los procesos se encuentran en la etapa inicial. “Mediante
auto expedido el 8 de agosto de 2018 se ordenó la práctica de pruebas con el
fin de tener mayores elementos de juicio y completar los elementos probatorios,
respetando el derecho de defensa que le asiste al presunto infractor”, precisó
la directora territorial Norte, Magda Liliana Buendía.
Los hallazgos
El proyecto se construyó en la zona de restauración para la
preservación, que corresponde, según el plan de manejo ambiental, a sectores
que a pesar de haber sido alterados por el hombre o por fenómenos naturales,
conservan una importancia ecológica que deben recuperarse.
El hostal, único en su género y uno de los atractivos en ese
emblemático destino turístico, presta el servicio de hospedaje máximo para 40
personas, restaurante y piscina. La infraestructura habitacional fue ejecutada
en madera con techos elaborados con árbol de pela (una especie de acacia típica
del desierto).
Para la construcción se talaron por lo menos 980 arbustos,
en un área afectada de dos hectáreas aproximadamente. Los propietarios no
presentaron los permisos de aprovechamiento ni movilización del material
vegetal.