El derretimiento de los glaciares en el monte más alto
del mundo (localizado en la frontera de China y Nepal) tiene preocupado a
organizadores de expediciones.
De acuerdo con BBC Mundo, casi 300 montañistas han
muerto intentando llegar a la cima, de las 4.800 personas que han escalado la
cima más alta del mundo, de 8.848 metros.
“Debido al calentamiento global, los glaciares se
están derritiendo rápidamente. Y los cuerpos que estuvieron enterrados allí
todos estos años están quedando expuestos”, señaló al diario británico Ang
Tshering Sherpa, expresidente de la Asociación de Montañismo de Nepal.
“Hemos retirado cadáveres de montañistas que murieron
recientemente, pero los que estaban enterrados hace muchos años también están
apareciendo”, añadió.
La Asociación de Operadores de Expediciones de Nepal
explicó a ese medio que lidiar con la aparición de los restos no es fácil, pues
la ley nepalesa requiere de la participación de agencias oficiales para
cualquier acción relacionada con cadáveres humanos.
Investigaciones confirmaron que los glaciares del
Everest, al igual que los de gran parte del Himalaya, se están derritiendo
velozmente y pierden su volumen. Uno de ellos reveló en 2015 que las lagunas en
el glaciar Khumbu, que los montañistas deben cruzar camino a la cumbre, se
están uniendo debido al rápido deshielo, detalla BBC.
Además, en 2016, el ejército de Nepal tuvo que drenar
el Imja, cuando el nivel del agua subió peligrosamente debido al derretimiento
del hielo.
Algunos cuerpos sin vida en los sectores más altos del
Everest se han transformado en puntos de referencia para los montañistas. Un
ejemplo es un sitio llamado “botas verdes” cerca de la cumbre, cuyos restos
pertenecen a un escalador que falleció bajo una roca que sobresale. Sus botas
verdes, aún en sus pies, miran hacia el camino que lleva a la cumbre, indica el
diario inglés.
Recuperar los cadáveres de los sitios más elevados
puede ser difícil y costoso. Bajar los restos de la montaña puede costar entre
40.000 y 80.000 dólares, finaliza BBC.