Ambas
iban con su mamá cuando el sujeto las sorprendió por la espalda. Mientras la
mujer forcejeaba, la pequeña corrió a buscar ayuda.
Ambas
iban con su mamá cuando el sujeto las sorprendió por la espalda. Mientras la
mujer forcejeaba, la pequeña corrió a buscar ayuda.
Una
cámara captó lo sucedido durante la noche, en plena calle del barrio Venecia,
sur de la capital colombiana: una madre luchó contra un secuestrador que quería
llevarse a su hijita de 3 años y la hermanita de esta, de 5, logró traer a
otras personas para ayudarla.
“Venía
camino a entregar a mis hijas a la casa paterna, las dos niñas iban de mi mano
cuando de repente un tipo en bicicleta me intercepta por detrás, me tapa la
boca y me dice al oído ‘entrégueme la niña”, cuenta la mamá.
En
medio del forcejeo, en el que resultó golpeada ella y su hija de tres años, la
comunidad llegó para enfrentar al secuestrador, gracias al llamado de auxilio
de la hermana mayor.
Finalmente,
el delincuente fue capturado y conducido a una URI.
“No
lo dejen suelto, es un peligro para la sociedad”, dice la madre entre lágrimas.
Y
añade que, tras el intento de rapto, las cosas no han sido fáciles.
“Estamos
pasando por un nivel de estrés grandísimo. Mis hijas no quieren salir a la
calle, tienen pesadillas, es terrible, no hemos tenido un apoyo psicológico”,
señala.
También
cuenta que, al confrontar al hombre, este “se reía en mi cara”.
Aunque
un juez ordenó medida de aseguramiento, el criminal alegó sufrir una enfermedad
mental.
“La
situación de inimputabilidad tiene que ser declarada por un juez y no
necesariamente implica que la persona no puede ser judicializada y declarada
penalmente responsable”, explicó el abogado penalista José Gregorio Beltrán.