Suzanne Hoylaerts, de
90 años de edad, falleció la semana pasada en Lubbeek (Bélgica) luego de que se
le diagnosticara la enfermedad respiratoria.
Judith, hija de
Hoylaerts, aseguró en el diario Het Laatste Nieuws que su madre se negó a
utilizar el respirador artificial –que podría haberla salvado– porque “sentía
que los pacientes más jóvenes lo necesitaban más”.
“Los médicos me dijeron
que no quiso usar el dispositivo en ningún momento. Mi mamá les afirmó que
‘había tenido una buena vida y no estaba preocupada de morir en absoluto’”,
manifestó la mujer en el impreso holandés.
De acuerdo con Judith,
su madre fue hospitalizada en el centro médico inicialmente por una neumonía
leve. No obstante, dio positivo en la prueba del COVID-19 y falleció 24 horas
después de haber sido diagnosticada con la enfermedad, agregó en el rotativo.
La mujer, por otro
lado, señaló en Het Laatste Nieuws que fue muy triste no estar al lado de ella
en el momento en que murió. “No puedo despedirme y no tengo la oportunidad de
asistir a su funeral”, finalizó.
Hasta el momento, en
Bélgica se han registrado 513 muertes y 11.899 casos de personas contagiadas
con este nuevo coronavirus, siendo el séptimo país más afectado de Europa con
la pandemia.