La dictadura de Kim Jong-un (presidente de Corea del Norte)
suele llevar a cabo castigos estrictos ante comportamientos que en otras partes
del mundo podrían considerarse habituales o, al menos, lejanos al irrespeto
nacional.
Este 25 de febrero se dio a conocer el caso de un
adolescente, de la ciudad de Sinuiju, que fue exiliado al campo junto con sus
padres a principios de este mes.
‘Daily NK’, medio especializado en Corea del Norte, aseguró
que el joven estaba viendo un video pornográfico a altas horas de la noche,
cuando sus padres no estaban en casa.
Un grupo del gobierno que monitorea el comportamiento
‘desviado’ llegó a su hogar para una inspección sorpresa y se alarmó ante lo
que hacía el joven.
De inmediato, fue capturado bajo el amparo de una nueva ley,
aprobada a finales de 2020, denominada como ‘Ley del pensamiento
antirreaccionario’.
El artículo 29 de este reglamento establece penas de 5 a 15
años de trabajo correccional por consumo o posesión de videos, libros o
cualquier contenido pornográfico.
La nueva ley aún no específica el castigo de esta acción si es cometida por adolescentes, por lo tanto, se decidió imponer el exilio en vez del trabajo correccional.
Estas directrices estipulan multas de 100 mil a 200 mil KPW
(entre 400 mil a 800 mil pesos) si se produce un delito mental reaccionario a
raíz de una ‘educación irresponsable’ en los niños.
Por cometer este delito también se ordena que toda la familia
se traslade al campo como castigo para los padres debido a lo que las
autoridades de ese país consideran una ‘crianza inadecuada’.
Y, aunque no es un exilio del país, en Corea del Norte se
considera que la deportación de una ciudad grande a una provincia es una
sentencia bastante dura. En ocasiones, las personas obligadas a vivir en zonas
rurales son estigmatizadas.
El director del colegio donde estudiaba el joven también fue castigado, pese a recibir una sanción económica, aún puede permanecer en su lugar de residencia y conservar su trabajo.
Tomado de: El tiempo