Luego de una lucha política y jurídica, Martha Lavao Vargas, logró ser titulada como “Comunicadora social y periodista”, convirtiéndose en la primera mujer comunicadora egresada de la Universidad Surcolombiana en 27 años desde la creación del pregrado.
Durante más de dos décadas la Universidad Surcolombiana ha
otorgado el título de Comunicador Social y Periodista a las y los egresados del
pregrado homónimo, sin ningún tipo de distinción entre mujeres y hombres,
desconociendo el rol femenino en el ejercicio de la labor comunicativa. Esta
situación trae consigo mensajes alarmantes sobre las garantías que el alma
mater brinda a las mujeres de la región, en la defensa y lucha por el
reconocimiento igualitario de sus derechos en la sociedad, así como las
disonancias encontradas entre su discurso promotor de igualdad e inclusión, y
su quehacer.
Frente a estos parámetros, cabe resaltar que la Universidad
Surcolombiana posee varias facultades que perpetúan el masculino genérico en
los títulos que entrega a sus egresadas. Entre ellas está la de Ciencias
Sociales y Humanas, compuesta por los pregrados de Antropología, Psicología y
Comunicación Social y Periodismo; Martha Lavao Vargas pertenecía a este último,
el cual es el único de su facultad en entregar los títulos sin el debido
reconocimiento al género femenino. Desde ese sin sabor de la omisión, emprendió
con sus convicciones, la lucha contra las narrativas que prolongan el machismo
y que se encuentra a la fecha, normalizado en aspectos tan esenciales y
trascendentales como lo es, ser mujer en Colombia, acreedora de un título
profesional universitario.
El Proceso para
lograrlo…
El pasado 27 de abril, Martha Lavao Vargas presentó un
derecho de petición al programa de comunicación social y periodismo, al Consejo
de Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, a la Dirección Administrativa de
Bienestar Universitario y a la Dirección de Registro y Control Académico, con
el objetivo de que se hiciera la distinción de género debido al título que le
sería otorgado, puesto que en este ella figuraría como “Comunicador social y
periodista”, siendo vulnerado su derecho a la igualdad puesto que no era reconocida
como mujer en el mismo.
Frente a esta petición la respuesta del área de registro y
control fue la siguiente: “… En primer lugar, es importante precisar que el
otorgamiento de los títulos profesionales por parte de la Universidad
Surcolombiana, para cada área del conocimiento, se realiza en cumplimiento de
nuestros deberes legales, atendiendo a la reglamentación existente tanto de
orden Nacional, así como de las normas propias Institucionales. De conformidad
con la Resolución No. 000404 del 14 de enero de 2016, expedida por el
Ministerio de Educación Nacional, por medio de la cual se otorgó la Renovación
del Registro Calificado para el Programa Académico de pregrado con denominación
«Comunicación Social y Periodismo», de la Sede Neiva de la Universidad
Surcolombiana, según el Artículo primero, el título a otorgar para este
programa es Comunicador Social y Periodista…” Es decir, las distinciones de
género en los títulos a otorgar no correspondían el claustro universitario,
sino que se regían a una norma. Sin embargo, es bueno mencionar que toda norma
está sujeta a interpretación y está en efecto no es la excepción.
En vista de las negativas por parte de la Universidad por
adelantar este tipo de reformas en su conductas, Martha Lavao Vargas presentó
una acción de tutela contra la Universidad Surcolombiana por la vulneración a
los derechos fundamentales de Igualdad, dignidad y libre desarrollo de la
personalidad. Debido a la respuesta de la Universidad sobre la responsabilidad
del Ministerio de Educación Nacional en esta circunstancia, este respondió en
su defensa qué: “la UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA como institución de educación
superior tiene total autonomía para otorgar títulos con distinción de género.”
Por tanto, el juzgado segundo penal del circuito para
adolescentes con funciones de conocimiento Neiva- Huila, falló a favor de
Martha Lavao Vargas, argumentando: que
“el artículo 24 de la citada ley, establece que “el título es el
«reconocimiento expreso de carácter académico, otorgado a una persona natural,
a la culminación de un programa, por haber adquirido un saber determinado en
una Institución de Educación Superior”. Resaltando que los títulos en la
Educación Superior son competencia exclusiva de las instituciones de ese nivel.
La autonomía universitaria aplica
también en la creación de sus estatutos, curriculums, planes de estudio,
etc. Finalmente hacen el llamado a la
relevancia y necesidad de actualizar los lenguajes en las IES para dinamizar
los espacios de inclusión de la mujer en los diferentes ámbitos sociales y
apoyar la lucha contra el machismo y la desigualdad a la que diariamente se ven
sometidas las mujeres.
A pesar de ser muchas las mujeres pertenecientes, en algún
momento, al programa de comunicación social que manifiestan su inconformismo al
recibir el título como “Comunicadores
Sociales y periodistas” han permitido este hecho y las vulneraciones que este
acarrea. Sin embargo, Martha no se quedó en el inconformismo, por el contrario,
llegó a instancias jurídicas, con el propósito de ser reconocida como mujer y
como comunicadora. A través de su lucha rompió con un paradigma que tristemente
se había prolongado durante 27 años, se convirtió en la primera mujer en ser
titulada por la Universidad Surcolombiana como Comunicadora Social y
Periodista.
El pasado 23 de Junio, Martha llegó a recibir su título
profesional vistiendo una camiseta que enunciaba la frase proferida por la
filósofa, feminista, antirracista y política marxista Angela Davis “No estoy
aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no
puedo aceptar.” con esta frase, invita a las demás mujeres a que hagan valer
sus derechos, esperando que su primer paso sirva de precedente para generar
cambios más grandes; puesto que, el machismo lejos de ser erradicado sigue
habitando entre nosotras, entre paredes que afirman ser cultivos de pensamiento
universal y de interacción con las nuevas lógicas sociales, en instituciones
que normalizan las distintas conductas que fomentan la continuación de un
machismo salvaguardado en la “normativa” y que durante años se ha tratado de
abolir.
Fuente: Comunicasur