Tras
un largo periodo de vacaciones de mitad de año, en ciertas regiones ya retornan
a clases y, en especial, en algunos colegios privados. Así quedó establecido en
la directiva 5 del Ministerio de Educación, en la que se determinó que el
regreso a las aulas se enmarca en el proceso de reactivación en que está
inmerso el país.
Este
15 de julio, se tiene previsto que finalice el esquema de vacunación de
profesores y personal administrativo. Se prevé que este semestre, los 9,7
millones de niños del país vuelvan a las aulas de manera presencial. Para hoy,
varias secretarías tienen agendado el inicio de las actividades académicas.
Aunque
el Gobierno señaló esta fecha como límite para el retorno, la situación también
depende de los avances en el proceso de vacunación del sector y de las
condiciones de la pandemia.
Este
es un punto que también se ha puesto sobre la mesa desde la Federación
Colombiana de Trabajadores de la Educación Fecode, quienes han solicitado que
el retorno se defina con la realidad que enfrenta en estos momentos el país en
materia de contagios y ocupación de UCI.
William
Velandia, su presidente, dice que “el tema del esquema de vacunación completo
para los maestros y maestras, del respeto a las comorbilidades y de las
decisiones de los padres de familia, de la mano del gobierno escolar y de las
autoridades locales, sanitarias y educativas deben verificar y garantizar las
condiciones certificadas en nuestras instituciones para el retorno a esa
escuela de la presencialidad”.
El
asunto es complejo porque es clave que todo el personal que labora en el sector
educativo oficial, independientemente de situaciones de comorbilidades o edad,
asista con estrictos protocolos de bioseguridad y el autocuidado.
Al
respecto, de acuerdo con el Observatorio de Gestión Educativa, a la fecha van
291.555 personas del sector vacunadas. Así mismo, de los 400.000 millones de
pesos dados por el Ministerio de Educación para hacer las adecuaciones desde
2020, solo se ha ejecutado el 58,6 por ciento.
El
Ministerio de Salud, simplificó los protocolos de bioseguridad, que se limitan
al uso de tapabocas, evitar aglomeraciones, distanciamiento físico de un metro
en las aulas, lavado de manos, limpieza de las instalaciones y ventilación, así
como la formación de grupos fijos de trabajo para que en caso de contagios se
aísle solo a quienes estuvieron en contacto con el virus y no recurrir al
cierre de la institución.
Para
cumplir estas medidas, los colegios deben acudir a estrategias como horarios
escalonados de entrada y salida, toma de alimentos y recreo. En cambio, se descartan
puntos como la compra de termómetros y la desinfección de calzado.
La
única excepción en la que no habrá presencialidad completa, señala el
Mineducación en la directiva, es cuando no se pueda cumplir con el
distanciamiento físico, en cuyo caso se aplicará el modelo de alternancia, por
lo que no volvería el trabajo en casa de lleno.
Con
todo esto, hay sectores que se oponen al retorno a las aulas. Tal es el caso de
la Confederación Nacional de Padres de Familia, organización que asegura que el
proceso de presencialidad en los colegios del país no se puede dar debido a que
las instituciones no estarían en condiciones para garantizar la salud de los
menores.
Así
lo explicó Carlos Ballesteros, presidente de la confederación: “No hay
garantías, entonces no hay retorno a la presencialidad. Ese es el mandato que
nos han dado los padres de familia consultados en varias regiones del país”.
Entre
tanto, en Bogotá ya hay cita para una marcha de maestros el próximo 8 de julio.
La movilización, que se iniciará a las 10 a. m. desde la Secretaría de
Educación y llegará al Ministerio de Educación, es convocada por la Asociación
Distrital de Educadores (ADE), organización que pertenece a Fecode y que se
muestra en contra del regreso.