No puede caminar por mucho tiempo. Su vejiga se llena por semanas hasta rebosar, pero no lo siente. Su orina se devuelve hacia los riñones, provocándole constantes infecciones que la llevan a hospitalización. Cada cinco horas debe introducir sondas en su cuerpo para aliviar sus órganos renales, que durante años le han provocado un dolor insufrible. Tanto, que la han tenido que calmar con morfina. Así es la vida de Lina Marcela Rodríguez, estudiante de fisioterapia de 26 años. Tal es su desespero, que radicó una tutela en contra de la Dirección de Sanidad de la Policía de Cali, su EPS, pues le habría prestado un servicio de salud insuficiente.
“Estoy mal.
Nos toca costearnos a mí y a mi esposo todos los insumos que Sanidad debería
darme. No es que quieran, es que deben”, le dijo Rodríguez a El Espectador. La
semana pasada radicó la tutela para proteger sus derechos a la vida, salud,
seguridad social y protección de calidad de vida al adulto mayor. Relacionó las
patologías que sufre, producto de valoraciones que pagó de su propio bolsillo
en la Clínica Valle de Lili. Orina sangre y presenta constantes infecciones.
Sus riñones llevan meses hinchados, pues retiene líquidos por semanas. Sus
piernas y abdomen están con fuerte inflamación. Tiene disfunción en la vejiga e
intestinos, producto del síndrome de cola de caballo.
tomado de: El Espectador